La enfermedad vírica vegetal —que puede afectar a las judías, las espinacas, los melones, los pimientos, los calabacines y los pepinos, además de a los tomates y a la remolacha, de las que toma su nombre— es un problema perenne para los agricultores del sur del valle de San Joaquín.
Pero este año está actuando con más fuerza y está afectando a los cultivos de una zona más extensa, incluidos algunos del condado de San Joaquín.
Brenna Aegerter, asesora de cultivos de hortalizas en la extensión cooperativa de Stockton de la Universidad de California, asegura que jamás había visto un caso tan grave. En particular, está afectando a los cultivos de tomate destinados a ser procesados.