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Un enfoque más amplio podría mejorar el examen con radiación UV de las naranjas Navel

Las naranjas navel dulces y jugosas le deben gran parte de su alta calidad al trabajo que realizan los productores, embaladores, expedidores e investigadores.

Los científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos David M. Obenland y Joseph L. Smilanick desarrollan y dirigen una investigación en sus laboratorios de Parlier (California) y en plantas de embalaje para determinar cómo proteger mejor la frescura, el sabor y otras cualidades de los cítricos, las uvas de mesa y otras frutas altamente perecederas durante el proceso de embalado, envío y almacenamiento. Obenland y Smilanick trabajan para el Servicio de Investigación Agrícola, la agencia de investigación interna del Departamento de Agricultura.

En un estudio publicado en 2010 en la revista HortTechnology, Obenland, Smilanick y sus compañeros investigaron el examen y la clasificación de las naranjas mediante radiación UV (ultravioleta). Según Obenland, las plantas de embalaje de California llevan más de cincuenta años utilizando el examen con radiación UV para detectar manchas —de en torno al tamaño de una moneda de 50 céntimos o mayores— que brillan con un vivo color amarillo fluorescente cuando las naranjas navel son expuestas a la radiación UV.

Los trabajadores de las plantas de embalaje saben que hay que descartar de inmediato las naranjas con esta marca fluorescente distintiva en la piel. Esto se debe a que las manchas, la mayoría de las veces, son indicadores de la presencia de microbios Penicillium que causan el moho azul o verde.

Sin embargo, otros patrones menos estudiados de fluorescencia en la piel de las naranjas navel podrían requerir una mayor atención. La fluorescencia en forma de motas, manchas alargadas, borrones o erupciones, por ejemplo, podrían indicar la presencia de cortes, perforaciones o daños en la piel que podrían allanar el camino a microbios que atacan y deterioran la fruta.

Para saber más de estos patrones menos conocidos, los investigadores han tomado muestras de alrededor de 5000 naranjas navel durante un periodo de dos años. Las naranjas se clasificaron por fluorescencia nivel cero, escasa, moderada o alta durante el examen con URV. Además, se evaluaron las naranjas en luz normal —sin UV— 24 horas después del examen con radiación UV y después de que la fruta había sido almacenada a 15 grados durante tres semanas.

Como era de esperar, la fruta con una alta fluorescencia, se deterioró más y sufrió problemas de calidad en la piel durante el almacenamiento, pero también ocurrió lo mismo con muchas de las naranjas que solo tenían una fluorescencia moderada.

En conjunto, los hallazgos sugieren que los embaladores que todavía no lo hacen quizá quieran ampliar el examen con radiación UV para analizar varios niveles de fluorescencia y patrones a la hora de clasificar las naranjas navel.

La idea de expandir el uso de radiación UV para detectar algo más que la clásica marca de deterioro no es nueva, pero es probable que el estudio de Parlier, aunque preliminar, sea el primero en presentar un examen tan detallado de este aspecto.

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