Se avecina el final de una de las temporadas citrícolas más turbulentas de las últimas décadas. Los agricultores de la región australiana de Wide-Bay Burnett producen casi todas las mandarinas del estado, generalmente suelen cosechar en torno a 60.000 toneladas cada año. Esta temporada, una grave granizada y las terribles inundaciones del día nacional de Australia —el 26 de enero— destruyeron en torno al 15 por ciento de la producción de la región.
La directora general de Citrus Australia, Judith Damiani, dice que ha sido un año se recuperación, con menos fruta de calibre máximo en el mercado. Los acuerdos a los que se llegó en junio para que los minoristas disminuyeran la importación de cítricos para ayudar a los agricultores locales e incluso un llamamiento antes del partido del entrenador de la liga de rugby a 13 State of Origin, Mal Meninga, fueron todo un éxito. "Estamos muy contentos con el apoyo que hemos recibido, no solo por parte de los minoristas, sino también de los mayoristas; nos han ayudado mucho con la reducción de sus programas de importación antes de lo normal y apoyando al producto y a los productores de Queensland", señala Damiani.
El horticultor Ken Roth, de Gayndah, terminó su temporada en agosto —en torno a un mes antes— porque las inundaciones y el granizo habían disminuido su cosecha. Su producción fue más de un 25 por ciento menor después de que el granizo dañara 18.000 de sus 20.000 árboles el pasado diciembre, y de que las inundaciones arrancaran 6.300 árboles un mes después.
Tuvo que desechar 500 toneladas de fruta invendible y tuvo que explicar a sus socios comerciales chinos que había perdido una plantación de Murcott valorada en un millón de dólares que estaban esperando. El año pasado, los Roth llenaron 21 contenedores de 13 metros con cítricos de temporada tardía, pero el mes pasado solo completaron 3.
Fuente: abc.net.au