Cuatro de las seis muestras de mandarinas, cada una compuesta por 33 frutas, mostraron daños suficientes como para dar por perdida la producción de esta temporada en las parcelas de las que se recogieron.
Los resultados no son vinculantes: las pruebas oficiales se realizan en las plantas de envasado una vez el sector ya ha descartado la fruta dañada. El verdadero coste de estas bajas temperaturas no se conocerá hasta dentro de semanas o meses.
El daño más generalizado se detectó en las muestras de mandarinas recogidas en las zonas de Río Bravo y Arvin, según Jennifer Stilwill, bióloga que supervisa las muestras en la oficina del comisionado de Agricultura. Según explica, las seis muestras de mandarinas de lasa zonas como Maricopa y Edison mostraron al menos algún rastro de daños.
Solo una de las once muestras de navel mostraron daños suficientes como para echar a perder todo el lote, mientras que la única muestra de limones sufrió "daños considerables", suficientes como para descartar todo el lote, como explica Stilwill.
Sin embargo, los resultados no son representativos, como afirma Bob Blakely, director de relaciones industriales del grupo comercial California Citrus Mutual. Según él, el condado selecciona muestras de las zonas que cree que han sufrido los peores temporales de frío. "De algún modo, buscan un punto de referencia del peor caso posible", dice.
Los agricultores informan de daños mínimos en algunos lugares, continúa Blakely, encontrándose las mayores pérdidas en la vega del valle y en las zonas en las que los sistemas de riego y viento —medidas utilizadas para aumentar las temperaturas en los campos de cítricos— no estaban disponibles.
La asociación citrícola informó el pasado miércoles, hacia el final de las heladas, que los productores habían invertido 32,4 millones de dólares para proteger el cultivo de cítricos del Valle Central, valorado en 1.500 millones de dólares.
Fuente: bakersfieldcalifornian.com