"Los supermercados de Lidl se "españolizan" para captar clientes"
En 2014 compraron 3.000 millones de euros en productos españoles, 1.500 millones para exportarlos
Lidl aterrizó en España en 1994. Llegaron con tiendas de 800 metros de aspecto sobrio, productos vendidos directamente en los palés y una zona de bazar en la que, según la semana, lo mismo se puede comprar una sartén que una sierra de calar. Esto último sigue exactamente igual, pero en los últimos años el grupo trata de moldear su imagen, vinculada al low cost. Han invertido 200 millones en 2014, la mayoría destinados a reformar las tiendas que ya tenían. Ahora se decantan por locales más grandes, más luminosos y con espacio para los productos frescos. Cada uno de los nuevos locales les cuesta 1,9 millones de euros. En 2015 piensan invertir otros 200 millones en España.
El año pasado Lidl facturó 2.708 millones de euros, un 7% más que el año anterior. El objetivo de este grupo alemán es ganar cuota de mercado en España. Ahora tienen cerca del 3,6%. Para crecer, han españolizado las estanterías. Actualmente venden de manera estable 1.700 productos distintos en cada supermercado. De estos, el 70% los compran a proveedores españoles. En 2008 eran solo el 38%. "Tenemos 500 proveedores españoles. El modelo nos conviene. La industria agroalimentaria española es muy competitiva", justifica Miguel Paradela, director general de compras de Lidl.
El directivo asegura que toda la carne que venden en España la compran ya en España. El proveedor de su pescado también es de este país. "La fruta y la verdura también, siempre que se puede. Hay algunas excepciones, como las piñas", admite. De las fábricas españolas salen sus galletas, refrescos, lácteos...
España se ha convertido, además, en uno de los mayores proveedores de alimentos para todo el grupo. El año pasado compraron 3.000 millones de euros en productos alimentarios españoles y la mitad, 1.500 millones, estaban destinados a la exportación, para venderlos en supermercados de Alemania, Francia o Polonia. "Somos el primer comprador de fruta y verdura de España. El año pasado compramos un millón de toneladas", asegura Ferran Figueras. El 80% se compra para venderlo en las tiendas del extranjero.
La compañía es consciente de que su imagen está muy vinculada a las compras baratas. El 80% de los productos que despachan son de marca blanca y solo un 20% de marcas de fabricantes. De momento no piensan abandonar esa política de productos con nombre desconocido. "No tenemos buenos precios porque los productos sean de mala calidad. Lo que pasa es que tenemos pocas referencias, evitamos duplicidades [en muchas de sus categorías solo ofrecen el producto de su marca blanca] y compramos mucho volumen. Economía de escala", defiende el director general de compras.
Fuente: elpais.com