
Plantación en alta densidad
“Ocupamos la cuarta posición a nivel nacional, con 2.000 hectáreas. Chile no es un país muy grande en cuanto a superficie de almendras, con apenas 10.000 hectáreas plantadas. A nivel mundial, es un mercado absolutamente marginal en cuanto a superficie, pero es el de mayor presencia mundial, ya que el 90% de lo que producimos se comercializa en el mudo, a diferencia de California, donde el 80% de la producción se vende a Estados Unidos y apenas exporta”, comenta el productor.
“Exportamos sobre todo a Sudamérica, Holanda y Alemania. Hemos obtenido en los últimos años certificaciones de inocuidad alimentaria y de producto ecológico”, explica Ovalle, y añade que el mercado asiático no está disponible actualmente, pero tiene esperanzas en 2017 por la eliminación de las barreras arancelarias.

Días antes de ser cosechados
“La calidad de las almendras de Chile es lo que hace que Chile pueda exportar a estos mercados, porque tenemos una diferenciación varietal más refinada que California”. La otra razón principal de su éxito es que la cosecha de Chile termina unos pocos meses antes del mayor periodo de consumo del mundo, fin de año, mientras que la de California se empieza a vender cuando esa época ya ha pasado. “Cosechamos desde marzo hasta finales de abril en Chile, cuando también se inicia el proceso industrial, y llegamos con un producto muy fresco a las grandes celebraciones mundiales, el Ramadán en el mundo árabe y la Navidad o Pascua en el hemisferio norte”.
La cosecha de marzo de 2015 tuvo precios muy altos a nivel mundial. “En Chile, un productor consiguió 8 dólares por cada kilo de pepita”. Sin embargo, este año se prevé una bajada de entre el 10% y el 13% con respecto a ese valor, a causa de la recesión económica mundial. “Es una buena noticia para los productores, porque, si bien es menos precio, es muy bueno para la industria productora”, afirma Ovalle.

Máquina cosechando almendras
El Niño no ha causado demasiados problemas, ya que, al contrario que la mayoría de frutas, las almendras no resultan demasiado afectadas por las lluvias de fuera de temporada.
En cuanto al futuro de la industria, Ovalle muestra su optimismo sobre las nuevas variedades y la maquinaria para automatizar el proceso de recolección, que permite cosechar las almendras igual que se hace con las aceitunas. “La cosecha es el gran tema de la almendra, puesto que todas las almendras entran a una máquina que separa la pepita (lo que se come) de la cáscara. Entonces, si se puede tener el 90% de una hectárea manejado por máquinas, podemos mantener un alimento que no requiere tanto gasto de energía después de la cosecha, puesto que es seco, y alimentar a millones de personas en todo el mundo, a diferencia de las manzanas, que hay que llevar a un refrigerador”.
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Jorge Ovalle Madrid
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Chile
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