Hace más de treinta años, el famoso mercado mayorista Les Halles, que había estado ubicado el centro de París desde 1183, se trasladó a la zona comercial de Rungis, a unos 6 km al sur de la capital francesa. Con conexiones directas por carretera y ferrocarril, y cerca del aeropuerto, en la actualidad se transportan pescado, carne, queso, frutas, hortalizas y flores hacia este mercado de 254 hectáreas y desde él. Muchos productos frescos cambian de manos durante la noche en Rungis. En una superficie total de 234 hectáreas, se comercian al año 1,5 millones de toneladas de carne, pescado, frutas, hortalizas y otros productos frescos.
Una ciudad dentro de la ciudad
Rungis abarca 1.200 compañías, con casi 12.000 empleados. Todos los días lo cruzan 5.000 compradores que proporcionan unos ingresos anuales de más de 7.000 millones de euros. Además de los negocios de catering, los supermercados también son cada vez más comunes en su cartera de clientes, lo que se traduce en 25.000 camiones que llegan a este mercado cada día. Rungis no es el típico mercado de productos frescos: es una ciudad dentro de una ciudad, con sus propios hospital, peluquería, oficina de correos, bancos, comisaría, restaurantes, guarderías, etc.
Las frutas y las hortalizas conforman el grueso de la oferta fresca en Rungis, con diez pabellones. El año pasado se inauguró también un pabellón ecológico especial, pero no se ha llenado todavía. Casi todas las ventas de carne habían terminado el viernes, ya que tienen lugar sobre todo al inicio de la semana. También había mucho ajetreo en el pabellón de las flores. "Aquí todo es fresco. A los franceses les gusta lo fresco y se toman su tiempo para comer platos frescos", enfatiza el guía francés. "Las patatas y las cebollas se almacenan una semana como mucho; la carne, cinco días; las fresas, dos días y el pescado, doce horas. A veces podemos almacenarlos más tiempo, pero no es cosa nuestra".
Los alimentos frescos de los pabellones abastecen a 18 millones de consumidores europeos, de los cuales 12 millones viven en un radio de 150 km alrededor de París. Una quinta parte de la población francesa compra productos de Rungis. La oferta de frutas y hortalizas del mercado mayorista es, principalmente, de origen francés, pero también se puede visitar el mercado para comprar patatas italianas, frutas de hueso españolas e innumerables productos exóticos. Lo sorprendente es la poca cantidad de cítricos que hay en el mercado. Las hortalizas de invernadero de Países Bajos y Bélgica están especialmente bien representadas. Rungis también ofrece numerosas especialidades que harían las delicias de muchas empresas de catering o mayoristas. Sin duda, su método de presentación, principalmente con envases de madera y cartón, contribuye a ello.