¿Cómo será el comercio de la cebolla en diez años?

A veces es difícil anticipar incluso las próximas semanas, por lo que muchísimo más los próximos meses. Sin embargo, hemos pedido a algunos operadores de cebolla que visualizaran el sector de aquí a diez años. ¿Existirán todos los comerciantes, exportadores y envasadoras, representantes y productores actuales? ¿Qué desarrollo tendrá la mayor influencia en el sector de la cebolla holandesa en los próximos diez años? Puede parecer que intentamos leer el futuro, pero es interesante descubrir cómo los comerciantes y procesadores de cebolla lo visualizan.

"Actualmente hay entre 30 y 40 clasificadores activos en los Países Bajos. Preveo que diez grandes empresas de clasificación y diez pequeñas habrán cerrado en diez años", dice Wim Waterman, de Waterman Onions, en Emmeloord. "Será un proceso natural, algunas empresas cerrarán porque no tendrán sucesor". Es muy importante cuidar la sucesión y saber cuales son las demandas de la próxima generación. En realidad, nadie nos ayudó cuando comenzamos, pero podíamos marcar la diferencia teniendo una visión y estrategia claras".

"Los representantes no tienen mucho futuro, el comercio se realiza de forma directa cada vez más a menudo. Mientras haya clasificadores que no exporten, necesitaremos comerciantes, ambos se mantendrán entre sí. Sin embargo, su número disminuirá, y los que permanezcan serán cada vez más grandes", cree Wim. ¿Seguirá siendo Waterman uno de ellos? "Ese es el plan. Pero es difícil, y sólo podremos tener éxito si continuamos innovando. Todo tiene que estar bien coordinado, no sólo la clasificación, sino también la logística, compra y venta, una coordinación total. Ahora somos uno de los participantes más grandes, pero no necesitamos ser el número uno. Es bueno que otro sea el número uno, eso significa que podemos perseguirle. Esa posición es mejor que la de ser perseguido".

Wim descarta la posibilidad de que aparezcan nuevos operadores. "Me parece imposible. Estamos en un mercado en movimiento con márgenes muy pequeños. Tendría que ser muy rico para comenzar de nuevo, o ser capaz de marcar la diferencia con la invención de maquinaria". Sin embargo, Waterman es bastante pasivo en cuanto a los desarrollos de clasificación óptica actuales. "Todavía no he visto una máquina que marque la diferencia, o que pueda hacer mucho más que una máquina tradicional o algunos trabajadores. Las máquinas actuales parecen prometedoras al principio, pero en los proyectos actuales, hemos visto una disminución de la capacidad debido a la contaminación y el desgaste. Estoy hablando de los proyectos estadounidenses, por ejemplo, donde trabajan con un producto más uniforme y más limpio al que estamos acostumbrados en los Países Bajos. Cuando un clasificador óptico tiene éxito, causa un gran revuelo en el sector, pero no creo que eso suceda pronto".

¿Qué otros desarrollos influenciarán en los próximos diez años? "El cambio climático está a la orden del día. Acabo de llegar de América del Sur, y los extremos climáticos son habituales allí. Las zonas de producción se están convirtiendo en desiertos y viceversa. Eso podría ser una ventaja para nosotros, pero también tenemos problemas con las plantaciones de cebollas saturadas en los Países Bajos. Además de las variedades y los métodos de almacenamiento, no hemos logrado producir una cebolla mejor en 25 años, en realidad producimos una de peor calidad. La gente a veces se avergüenza de la calidad de las cebollas holandesas en general, y creo que es preocupante. Por lo tanto, seleccionamos los mejores lotes para poder ofrecer una calidad decente. Si continuamos haciéndolo, tendremos un gran punto de partida. Al fin y al cabo, siempre tenemos ventaja respecto a la logística, lo que nos beneficia. Por eso soy positivo sobre nuestro negocio y las demás partes en el sector de la cebolla holandesa", concluye Wim.

"El mercado de la cebolla será muy interesante en los próximos años. La calidad marcará la diferencia", confirma Lindert Moerdijk, de MSP Onions. "No es importante cuántos clasificadores se mantendrán, sino cómo mejorarán la calidad. Se espera un gran cambio en los supermercados. La estabilidad es importante para todos los procesadores y se diferenciarán con la calidad".

"Los comerciantes siempre existirán y son empresas maravillosas, muy buenas en el comercio de cebollas. Espero que los comerciantes comiencen a ver las cebollas como un subproducto en lugar de un producto principal, ya que los importadores buscan envasadores auto-exportadores más grandes", continúa Lindert. "Sólo podemos esperar que todos los procesadores de cebollas se den cuenta de que los productores son increíblemente importantes, y que nosotros, como sector, deberíamos esforzarnos en obtener el mayor precio posible. Una cosa es cierta, la población mundial está creciendo en zonas que importan cebollas holandesas, por lo que tendremos muchas oportunidades".

Cuando se le preguntó acerca de los desarrollos más grandes para los próximos diez años, Lindert respondió que los requisitos de los compradores internacionales condicionarán el mercado en los próximos años. "Las variedades fuertes y los tamaños más grandes serán tendencia. Los métodos de producción, almacenamiento y procesamiento en particular tendrán que ajustarse a los deseos del cliente. La calidad es mucho más importante que los kilogramos por hectárea o enviar un contenedor adicional por día".

"Acortar la cadena de suministro siempre ha sido una tendencia. En 1980, fui el primer envasador en comenzar su propia exportación, y después otros envasadores comenzaron gradualmente a seguir mi ejemplo", dice Jaap Wiskerke, de Wiskerke Onions. "Tomamos la decisión correcta, pero no soy nadie para decir si los comerciantes o las empresas de clasificación que no exportan deben existir o no. Simplemente no me gustaría estar en su lugar. A lo largo de los años, hemos tenido algunas ofertas para hacernos cargo de empresas comerciales, pero ¿qué estaríamos comprando? Sólo un nombre. Creo que las cadenas de suministro seguirán siendo más cortas. Los supermercados prefieren estar lo más cerca posible de la producción, y probablemente prefieran producir sus propios productos. Es una ventaja que esa opción no sea factible para las cebollas, pues la rotación de cultivos es necesaria".

"Por ejemplo, ahora que hay muchos lotes de peor calidad en el mercado, las clasificadoras ofrecen lotes más pobres a los comerciantes, incluso lotes de Clase III o inferiores. Nuestra política es no comprar esos lotes, pero un comerciante no siempre tiene alternativas", explica Jaap. "Tenemos una estrategia, tener un máximo de un retailer y mayorista por país. En el momento en que ofrecemos a estos clientes cebollas cualitativamente distintivas, ambas partes solemos crecer. Además, obviamente intentamos obtener lo mejor, pero cada mercado tiene sus propias especificaciones".

La mayor amenaza para los próximos diez años, según Jaap, son los bloqueos que levantan los destinos de exportación. "La cuestión es que todos los países de producción en Europa están compitiendo entre ellos, por eso veo oportunidades principalmente en destinos más lejanos. Por ejemplo, África, donde la OMS espera duplicar el número de habitantes en 2050, creo que será un mercado gigantesco para nosotros".

Jaap no espera ningún desarrollo extraordinario en los próximos diez años. "Sin duda, las técnicas mejorarán, pero creo que los desarrollos en la clasificación óptica siguen siendo muy lentos. El cambio climático tiene mucha influencia en nuestro comercio, pero la tiene desde hace muchos años. En este momento nos encontramos en un año con temporadas tardías, y muchos países europeos aún no han sembrado, pero en 1983 también tuvimos un año así, acompañado de una sequía extrema, y fue el año con mejores precios que jamás hayamos tenido".

Martijn van Damme, de Dacomex, espera que la cadena de suministro de cebolla experimente los cambios necesarios en los próximos años. "Mientras que antes los comerciantes tenían que especializarse en los mercados locales y la documentación de exportación, ahora esto se ha convertido en una cuestión rutinaria para los exportadores/clasificadores, por tanto, la posición de los comerciantes ha cambiado. Hoy en día, cada vez más se encargan de los asuntos secundarios, por lo que no obtienen apenas beneficios. Para jugar un papel importante en los mercados extranjeros, con los problemas con los pagos y otros riesgos, los márgenes de exportación actuales son pequeños. Esta es la razón por la cual los comerciantes se enfrentan a un dilema: comprar a un precio más bajo que a menudo resulta en una peor calidad, o ignorar el comercio de la cebolla. En este sentido, creo que el papel del comerciante irá desapareciendo en los próximos años".

"En general, continuará la tendencia a acortar las cadenas de suministro, y más clasificadores elegirán encargarse de su exportación. Sin embargo, para los clasificadores esta situación también es cada vez más complicada. El papel de los representantes es otro punto de discusión. Por un lado, los clasificadores les necesitan para aprovechar la mayor oferta posible de acuerdo a la demanda, pero, por otro lado, los intereses de cada parte son a veces (demasiado) distintos, lo que a menudo dificulta el comercio. La información primaria es crucial para los clasificadores, porque la calidad y la disponibilidad requieren cada vez más precisión. Después de todo, la cadena de suministro debe ser lo más rápida posible, por lo que es necesario moverse rápido. También estamos viendo en primera persona un cambio importante respecto a la prestación de servicios. Los clientes quieren trabajar cada vez más en función de un programa de entrega, y la calidad, la información y la velocidad a veces son más importantes que el precio. Los clientes buscan disminuir la presión, y la información y la atención en tiempo real son cruciales para ello. La administración de la cadena de suministro es cada vez más importante, por lo que se irá consolidando cada vez más en los próximos diez años", continúa Martijn.

El clasificador/exportador cree que el aumento de las zonas de producción se convertirá en la mayor competencia en los próximos diez años. "El aumento de la productividad ya es evidente en muchas áreas de ventas, y se incrementará gradualmente en los próximos años. Las empresas europeas, incluidas las empresas de semillas holandesas, trabajan activamente en zonas como África Occidental y América del Sur, para profesionalizar la producción local de cebolla (en parte gracias a los esfuerzos de los acuerdos para las subvenciones europeas). Estos acontecimientos son preocupantes para el sector de la cebolla holandesa en general. Por ejemplo, hemos notado que las temporadas de importación por país son cada vez más cortas, para proteger la producción local. Cualitativamente, las cebollas producidas localmente son cada vez mejores y se invierte mucho en las instalaciones de almacenamiento. Esto provocará que el sector de la cebolla holandesa tenga que esforzarse más para garantizar su posición competitiva, por ejemplo, mejorando la trazabilidad de la cadena de suministro, efectuando un procesamiento más eficiente y ofreciendo una mejor calidad. Este último aspecto en particular es de gran importancia, porque cada vez habrá menos diferencias entre la calidad de las cebollas producidas localmente y las holandesas".

"Por esa razón he empezado a notar un cambio en la forma en que se producen las cebollas en los Países Bajos. Aunque en este momento la mayoría de las cebollas se producen para el mercado libre y los agricultores venden sus cebollas si reciben un precio justo, en el futuro se producirán más según los programas en cooperación con los clasificadores. La principal ventaja es que las cebollas se producen para un determinado destino o período de venta. Debido a esto, las partes pueden elegir la variedad adecuada en cuanto a capacidad de almacenamiento y mercado de ventas. Ahora la venta de las cebollas suele estar bajo presión porque la calidad no es suficientemente buena como para almacenarlas durante períodos más largos. Las nuevas técnicas de clasificación pueden ser una ventaja en cuanto a la eficiencia, la calidad y un mejor uso de los residuos, aunque requerirán una gestión operativa diferente. La pregunta es cuándo estará suficientemente desarrollada la técnica como para ser utilizada y ser rentable para todo el sector. Para ello es necesario que los precios de coste por kilogramo disminuyan", concluye Martijn.