Drones al servicio de la agricultura en Francia
El dron, desarrollado por la empresa emergente Airinov, puede verse en el puesto de Inra (instituto nacional de investigación agrícola francés) en el Salón de la Agricultura, donde un video muestra a un agricultor utilizándolo, lanzando este bumerán futurista ultraligero (apenas 800 gramos) como si se tratase de un avión de papel.
Mediante GPS, el dron sobrevuela los campos siguiendo una ruta predefinida y mide los niveles de clorofila o de nitrógeno, por ejemplo.
“Construimos nuestro primer dron en un garaje hace cuatro años. Los agricultores no se sintieron nada intimidados por la idea y pidieron consejo sobre el aporte de nitrógeno para las cosechas de colza y trigo”, explica Romain Faroux, uno de tres jóvenes fundadores de Airinov (hijo de agricultores).
El Inra desarrolló el sensor de muestreo, mientras que la compañía francesa, Parrot, creó el ala volante.
De acuerdo con Airinov, que espera vender unos 50 drones en 2014 a las cámaras agrícolas, cooperativas, etc., ya se han sobrevolado unas 10.000 hectáreas con sus drones (usados por unos 1.000 agricultores).
El sector semillero también está interesado. Los drones están en periodo de prueba alrededor de Montpellier con el objetivo de ahorrar en consumo de agua y reducir el uso de pesticidas.
El dron es una forma ideal de medir este tipo de niveles porque permite una “monitorización más cercana” que los satélites, explica el investigador Sylvain Labbé, y “reduce el uso de pesticidas” detectando desde el aire que zonas son más proclives a las malas hierbas.