No todos los alimentos que reciben las tiendas acaban en los carritos de la compra de los consumidores. El desperdicio alimentario se produce cuando los retailers retiran de sus lineales frutas y hortalizas "feas", excedentes de las existencias para días festivos y alimentos que se echan a perder. Se han calculado las tasas de pérdidas de 24 frutas frescas en los supermercado comparando las cantidades recibidas con las cantidades compradas por los consumidores en 2.900 supermercados estadounidenses entre 2011 y 2012. Las tasas de pérdidas oscilan entre el 4,1 por ciento de las bananas y el 43,1 por ciento de las papayas. La mayor perecibilidad, así como el exceso de existencias para hacer frente a una demanda incierta o desigual, podrían ser factores que contribuyen a un aumento de las tasas de pérdidas.

Los investigadores han aplicado las tasas de pérdidas de 2011/2012 a las frutas frescas disponibles en las tiendas minoristas en 2016 para estimar el nivel de pérdida de alimentos en el retail. Las piñas y los albaricoques presentan la segunda y tercera mayor tasa de pérdidas, respectivamente. Las piñas también ocupan un lugar bastante alto en cuanto a la cantidad o volumen de pérdidas en el retail en 2016 (326 millones de kilos o 719 millones de libras), debido a que ese año había una cantidad de piñas frescas a la venta de 998 millones de kilos (2.200 millones de libras). La clasificación en cuanto a pérdidas la encabezan las sandías y las manzanas, que reflejan la gran cantidad disponible en los retailers.
En 2016, las pérdidas en los supermercados de las 24 frutas frescas analizadas totalizaron 3.039 millones de kilos o 2.132 millones de kilos después de descontar el peso de las pepitas y las pieles no comestibles. Las pérdidas de frutas y hortalizas y otros alimentos tienen lugar en los hogares y en la restauración, ya sea porque se echan a perder o porque se sirven pero no se consumen (platos vacíos).
Fuente: USDA