Comer frutas y hortalizas es lo más simple y sencillo que las personas pueden hacer para vivir una vida plena y vital. Entonces, ¿por qué muchos consumidores lo ignoran? Esa fue la pregunta planteada por Lauren Scott, de Produce Marketing Association (PMA), en Hort Connections.
La directora de marketing cree que se trata de dos factores: la falta de acceso y la falta de consideración. Por lo tanto, las personas que sí tienen acceso y pueden permitírselo, optan por comprar y comer frutas y hortalizas.

Scott presentó los resultados de una investigación realizada por PMA, donde la asociación adoptó un enfoque centrado en el consumidor y también entendió que los productos hortícolas a menudo se quedan atrás en la categoría de alimentos durante el proceso de compra. Cree que es importante asegurarse de que los consumidores busquen más productos frescos en los retailers y con más frecuencia. La primera parte de la investigación fue un estudio cuantitativo con 7.000 participantes y 56 tipos diferentes de alimentos, mientras que otro incluyó un análisis cualitativo más detallado.
"No les hicimos la pregunta directamente, el proceso que utiliza el investigador es ir al subconsciente para obtener las respuestas sobre por qué se compran diferentes alimentos", comentó Scott. "Cuando indagamos en el informe, nos dimos cuenta de que había un factor que era muy poderoso y profundo, el cual nos hizo replantearnos nuestro negocio. Se trata de la taxonomía de la asociación de alimentos".
Scott explicó que en un lado del cerebro estaba la parte cognitiva que funciona al tomar una decisión, mientras que otra parte del cerebro es experiencial; lo que un consumidor desea puede ser emocional o sensorial. Ambos lados son igual de importantes a la hora de entender los patrones de consumo.
El informe descubrió siete razones principales por las que las personas comen frutas y hortalizas; sin embargo, en su mayor parte, el sector sólo está enfocándose en una parte: el concepto de ‘lo saludable’.
"Pero cuanto más decimos que el producto es saludable, es menos probable que los consumidores lo compren", agrega. "Cuando entras en el subconsciente de alguien, piénsalo, si escuchas 'cómete los guisantes' o 'no comas eso', es como si tu madre te estuviera molestando. No estoy diciendo que los productos no deben ser saludables, absolutamente lo son, pero no podemos confiar sólo en la salud. Si sólo planteamos el hecho de que los productos son saludables, estamos dejando de lado todas las otras razones por las que la gente se los come".
También destacó varias tendencias de 'uberización' que influyen en las actitudes y conductas de los consumidores, entre ellas: estilo de vida saludable, compras en línea, alimentos y tecnología, 'premiumización', vida ética y transparencia. Los consumidores también se están volviendo más conscientes de lo que comen, al elegir una ‘dieta sin’ ciertos calificativos, por ejemplo, sin azúcar, sin gluten, sin lácteos o ecológica.
"Realmente hay tres factores determinantes: los productos se han vuelto más asequibles, hay más acceso y distribución, y son más populares", comentó Scott. "No se trata de una dieta, no te equivoques, se trata más de un estilo de vida y de elegir cómo deseas vivir el resto de tu vida. Se trata de que las personas descubran cómo pueden vivir una vida plena, vital y gratificante. Una ventaja para los productos es que son muy populares en la sociedad".
Sin embargo, se recomienda a los productores que exploren la versatilidad, ya que los consumidores sustituyen fácilmente los productos, por lo que el precio de venta es tan importante como la variedad. El director de marketing de PMA también exploró cómo los consumidores australianos se comparan con el resto del mundo en términos de lo que eligen en sus alimentos.
"En Estados Unidos, todo tiene que ver con el sabor", explicó Scott. "En Sudáfrica, las personas comen porque tienen trabajo que hacer; van al gimnasio y quieren alimentos como combustible. En Brasil, se trata de una conexión emocional con la comida, y en China, se enfocan en alimentos específicos que tienen funciones específicas, los cuales quieren equilibrar en su dieta diaria. En Australia, los consumidores quieren un pastel y poder comérselo; durante la semana comen sano, y los fines de semana, comen lo que les apetece".
Scott concluyó diciendo que es imposible obligar a comer sano, y los productores de alimentos deben competir bien en el mercado y mostrar continuamente su relevancia.
"Es necesario que todo el sector mire el negocio con nuevos ojos, a través de los ojos del consumidor, sin importar el lugar en la cadena de suministro", expresó Scott. "Piensa en los problemas que tiene un consumidor y en cómo cada producto va a satisfacer esa necesidad. Sólo entonces podremos demostrar que las frutas y las hortalizas no sólo son saludables, sino que son el medio para una vida plena y vital".