Tras el acopio masivo de alimentos que se produjo cuando España decretó el estado de alarma por el brote de COVID-19 en el país, que disparó la demanda de frutas y hortalizas y generó un aumento de los precios, las cotizaciones en la mayoría de las corridas de frutas y hortalizas de la provincia de Málaga han descendido por la caída de las ventas.
Así, los precios de las verduras básicas (tomate, pimiento, calabacín, berenjena y patata) han retornado a los niveles previos al decreto del estado de alarma. Los tomates, que llegaron a situarse por encima de los 1,50 euros el kilo para el agricultor, se movieron el miércoles 18 entre los 30 y 10 céntimos de euros en las corridas de frutos. El pimiento italiano ha bajado de los 2,48 euros para el agricultor a 1,05 euros. Lo mismo ha sucedido con el calabacín, que ha bajado a 84 céntimos. Por su parte las berenjenas, que llegaron a alcanzar los 1,20 euros el kilo para los productores, se vendieron el miércoles incluso a 30 céntimos el kilo.
El descenso de las cotizaciones ha venido acompañado de una notable bajada de la demanda por parte de las tiendas y supermercados. "Llevamos dos días de una gran inactividad en Mercamálaga. El parón ha sido bastante grande, especialmente el martes y el miércoles. Pensamos que es porque las familias compraron bastantes productos para reducir al mínimo sus salidas y protegerse así de posibles contagios. Lo lógico es que conforme vayan agotando sus existencias volverán a comprar", explicó ayer el gerente de Málaga Natural, Andrés Rojas.
Fuente: diariosur.es