Contrariamente a lo esperado, la crisis sanitaria apenas afecta al mercado de la fresa belga. "Esperábamos que las exportaciones y las ventas se vieran golpeadas por la crisis, pero ha resultado ser todo lo contrario", dice Philip Van Overbeke, de la empresa de fresas belga homónima. “Creo que las ventas de este año son un 30% más altas que el año pasado. No podemos quejarnos, todo lo contrario”.
“Los precios también son mucho mejores que los del año pasado. El precio en la subasta ronda actualmente los 5 euros por kilo, 2 euros más que la semana pasada. También las ventas directas son muy fluidas. Normalmente tenemos 3 máquinas expendedoras de fresas y una pequeña tienda en la explotación, pero hemos cerrado esta última debido a las restricciones por la crisis sanitaria. Decidimos este año instalar una cuarta máquina y podemos decir que tenemos que rellenar todas las máquinas expendedoras muy a menudo”, comenta Philip.
“Las fresas son de buena calidad, pero estamos cosechando mucho producto de calibre relativamente pequeño. A algunos compañeros les ocurre lo mismo. Creo que los calibres pequeños son el resultado del mal tiempo que tuvimos a finales de abril. A pesar del tamaño, el sabor de las fresas es muy bueno este año”, dice Van Overbeke. “Esperamos no tener un verano demasiado caluroso. No queremos las olas de calor del año pasado; no sería bueno ni para el cultivo de fresas ni para otros muchos cultivos".
“La producción en el invernadero está comenzando a disminuir en este momento, lo que está reduciendo un poco la oferta. Las fresas en los túneles de plástico están empezando a tomar color y esperamos recogerlas a finales de esta semana. Los cultivos verticales al aire libre llevan dos semanas en flor y se espera que podamos recolectarlos en unas tres semanas”, concluye Philip.
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Philip Van Overbeke
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