STM Bio comercializa sus judías verdes ecológicas en envases respetuosos con el medio ambiente, de acuerdo con los requisitos de la ley francesa AGEC, de lucha contra el desperdicio y de economía circular. Aunque la repentina aplicación de estas directivas ha provocado el rechazo de algunos miembros del sector, Michael Sánchez Escrivá, encargado de desarrollo comercial de STM Bio & Co, se muestra muy positivo al respecto: "Las medidas que están aplicando son positivas, contaminar menos ahorrando recursos naturales en las fases de producción y consumo. Es algo bueno, teníamos que hacerlo. Y especialmente en el ámbito ecológico, que pretende responder a valores reales en materia de medio ambiente".
Así, las judías, pero también otras referencias como las batatas, se ofrecen ahora en envases con certificado de compostaje doméstico: "La etiqueta está hecha de pulpa de madera, procedente de bosques ecogestionados, 100% compostable y biodegradable. El envase está certificado para el compost doméstico, lo que significa que se desintegra completamente sin ningún efecto perjudicial para la calidad del compost. Esto se está convirtiendo en algo esencial para reducir nuestra huella ecológica y conservar el medio ambiente".
"El mercado ecológico es sinónimo de modernidad"
Junto a estos envases de celulosa y pulpa de madera, STM Bio comercializa algunos de sus cítricos preenvasados en mallas de algodón: "Estamos realmente en una tendencia de 'ecología moderna', que sabe adaptarse a su mercado. Aunque el mundo ecológico puede haber estado un poco atrasado durante un tiempo, ahora no tenemos nada que envidiar a nuestros homólogos tradicionales. Por nuestra parte, encontrar nuevos envases ecorresponsables para cumplir la ley no fue complicado, ya que tuvimos un año para prepararnos. Y el hecho de haber desarrollado socios de confianza durante varios años nos ha permitido tener capacidad de reacción. En cuanto a los costes adicionales que generan estos nuevos embalajes, considero que son anecdóticos. Aparte del aumento del coste de las materias primas y de la mano de obra, que afecta a todo el sector de los envases, esta característica ecorresponsable no ha tenido un impacto significativo en el precio de las frutas y verduras. Por ejemplo, hay un aumento de 0,05 euros en un envase de malla de algodón".
"Es un esfuerzo conjunto que se verá recompensado"
Para Michael Sánchez Escrivá, este ligero coste adicional tiene poca importancia si se compara con las numerosas ventajas de los envases ecorresponsables. "Apostamos por un impacto medioambiental positivo. Y estoy convencido de que el consumidor está dispuesto a hacer este pequeño esfuerzo en términos de precio para avanzar en esta dirección. También permite reducir el volumen de residuos domésticos al arrojar los envases directamente al compost. En lo que respecta al reciclaje, tampoco hay que pasar por alto los efectos positivos de la ley AGEC en el sector. El reciclaje genera clasificación y creación de empleo, y aquí es donde se pone interesante. Hay que tener en cuenta que una tonelada de residuos reciclados crea diez veces más puestos de trabajo que una tonelada de residuos vertidos o quemados, es decir, ¡300.000 puestos de trabajo adicionales en Francia! Por otro lado, al fabricar productos franceses biodegradables y reciclables, reducimos nuestra dependencia de materiales extranjeros. Así que sí, los productores han tenido que equiparse, lo que ha generado costes, pero hay que verlo como una inversión de futuro. Y estoy convencido de que este esfuerzo conjunto, realizado por el productor y el consumidor, se verá recompensado".
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STM Bio
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