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Antonio Carmona, presidente de Palmanaranja:

“La campaña de la naranja va a acabar en Córdoba y Sevilla con un 35% menos de cosecha que el año pasado”

La campaña nacional de naranjas partía en 2022 con la proyección de una importante bajada productiva que a nivel nacional se estimaba en el 20% y que en Andalucía se elevaba, según los primeros aforos de la Junta, a un 24-25%. Sin embargo, en la recta final de la temporada las cifras confirman que la disminución real de la cosecha será mayor de lo estimado.

“Los datos que ya tenemos de Sunaran, que son comunes a todas las zonas productivas de Córdoba y Sevilla, indican que vamos a acabar la campaña en un 35% menos de cosecha con respecto al año pasado, casi 10 puntos más de lo que se esperaba”, revela Antonio Carmona, gerente de Sunaran y presidente de Palmanaranja.

“La disminución de la cosecha se produce al mismo tiempo que el incremento de los costes de producción, tanto del agricultor en el proceso productivo como de las empresas en los procesos de confección, manipulado o almacenamiento, lo que ha requerido que los precios aumentaran, como lo han hecho; aunque en muchas ocasiones, incluso ese mayor precio no va a poder compensar la merma”.

Ciertamente, las cotizaciones de los cítricos llevan registrando durante meses “los mayores valores de las últimas 10 campañas”, como ha ido recordando el MAPA en sus boletines de precios semanales, y no solo en las categorías primera o extra; las categorías segundas y de industria también están reflejando unas cotizaciones bastante atractivas.

En la última lonja de Córdoba, la naranja Late Late de calidad 2.ª, cotizaba en árbol, sin IVA incluido, a 0,32-0,36 €/kg; la naranja Navel Powell, Barfield y Chisslet de 1.ª calidad lo hacía a 0,45-0,50€/kg, mientras la 2.ª categoría lo hacía a 0,40-0,44 €/kg, y la naranja Valencia Late elevaba sus precios de calidad 1.ª a 0,48-0,52 €/kg, e incluso la 2.ª categoría cotizaba en árbol a 0,36-0,47 €/kg.

Con respecto a la industria, “al principio se pensó que esta campaña faltarían naranjas, pero al final el volumen ha sido mayor del esperado porque ha habido bastante fruta que no reunía los requisitos necesarios para la exportación. Además, se han alcanzado precios que no se veían desde hace muchos años y este año la industria se ha convertido en una alternativa muy interesante para la naranja: el precio ha estado en torno a unos 0,28-0,30 céntimos por kilo, cuando el año pasado era de unos 0,10-0,11 céntimos”, señala Antonio.

“El que tiene el mayor poder de compra es la gran distribución, y si el criterio de compra sigue siendo solo el precio siempre vamos a estar en desventaja"
La subida de precios ha sido no solo imprescindible este año por la merma productiva y el incremento de costes; era una reivindicación de un sector que, contrariamente a su importancia en el mercado global, ha estado sumido durante años en niveles de cotizaciones “demasiado bajos”, recuerda Antonio; sin ir más lejos, el año pasado, en estas mismas fechas, se recibía por un kilo de naranjas para el mercado fresco una media de 13 céntimos por kilo, según datos del Observatorio de Precios y Mercados de Andalucía.

Sin embargo, la competencia en el mercado europeo de los cítricos es muy elevada y, desde marzo, se ha registrado una fuerte entrada de naranjas de Egipto. “Somos conscientes de que no podemos competir con ellos en precios y ya hemos notado una ralentización de la recolección en la última parte de la campaña. Entendemos que no va a ser nada dramático porque nos quedan pocos kilos, pero no por ello deja de ser muy preocupante el hecho de que es una competencia completamente desleal”.

“Primero, porque se les permite usar materias activas que nosotros tenemos prohibidas, y después, porque pueden vender a unos precios muy bajos, ya que la diferencia de sus costes de producción con los que tenemos en Europa es abismal. En realidad, ellos hacen lo que deben hacer porque su legislación se lo permite y en Europa no se le ponen restricciones, pero lo que es cierto es que provoca una situación de desventaja muy importante y, aunque estemos en un mercado libre, se debería buscar que juguemos con las mismas reglas”.

Ante esta desigualdad competitiva, la labor de promoción y concienciación para que se valore el producto europeo es muy importante, remarca Antonio. “Podemos hacerla de cara al consumidor, pero al final el que tiene el mayor poder de compra es la gran distribución, y si el criterio de compra sigue siendo solo el precio, siempre vamos a estar en desventaja”. Llegados a este punto, “es necesario que se haga una gran reflexión, tanto a nivel nacional como europeo, si queremos salvaguardar la agricultura europea”.

Para más información:
Palmanaranja
Avda. Félix Rodríguez de la Fuente, s/n
14700 Palma del Río, Córdoba (España)
Tel.: +34 957.64.58.82
[email protected]

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