Una primavera ligeramente más fresca ha retrasado unos días el inicio de la temporada de fresas húngaras de 2023, pero se espera una buena floración y las perspectivas de mercado son buenas este año.
"La condición fenológica de las fresas húngaras se retrasó unos días debido al un tiempo primaveral más fresco de lo habitual, pero no especialmente frío. Muchos productores ya están vendiendo sus productos en los mercados mayoristas, pero en general todavía hay mucha menos fruta disponible de la habitual. El estado de las plantas es muy bueno, con solo daños aislados por heladas este año".
"El cultivo calefactado está llegando a su fin, pero en Hungría el cultivo en invernadero y con calefacción solo representa unas pocas decenas de hectáreas, en comparación con la superficie total de más de 800 hectáreas. También se informa de que, en muchos de los invernaderos calentados con gas, la producción ni siquiera ha comenzado en el momento habitual este año. Aunque hubo cierta presión de las importaciones principalmente de origen español y griego, en general, las fresas del cultivo calefactado se vendieron a buenos precios y con una gran demanda por parte de los comerciantes nacionales", dice Dorina Tóth-Babits, una experta en agricultura.
La cosecha comenzó hace solo unos días en las plantaciones bajo plástico, lo que significa que todavía no hay grandes volúmenes de fresas húngaras en el mercado. Los precios suelen rondar los 8 €/kg en el mercado mayorista. Como la región del Mediterráneo tuvo que soportar una ola de frío este año, hay poca presión de las importaciones. Los productos españoles y griegos también han subido a alrededor de 6 €/kg en la semana 16, mientras que antes se cotizaban a poco más de 3 €/kg.
"La calidad de las fresas húngaras ha sido particularmente buena este año e incluso con las importaciones, la demanda es alta. De hecho, la demanda es superior a la oferta. A pesar del aumento de los costes de producción, los productores nacionales mantienen la calidad y es poco probable que esto cambie este año debido al buen estado de las plantas", dice Tóth-Babits.
Según Márton Kocsis, de la Organización Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Hungría (FruitVeb), con el apoyo estatal se han realizado varias nuevas plantaciones de fresas, pero serán principalmente para procesamiento industrial, lo que significa que el mercado fresco no se verá sobreabastecido.
"El cultivo húngaro todavía está dominado por las variedades de sabor Clery, Joly y Asia. Dado que las exportaciones húngaras de fresas son marginales (solo 50-80 toneladas por año), el criterio principal para la elección de las variedades no es su larga vida útil, sino su sabor".
"La temporada pasada terminó con una cosecha ligeramente inferior a la media de unas 5.000 toneladas a precios de venta muy bajos. Dada la situación del mercado internacional, se espera que las importaciones de alrededor de 3.500 toneladas por año sean menos dominantes y, si las temperaturas tardan en subir –es decir, si no se produce la superposición entre la cosecha bajo plástico y las plantaciones a campo abierto–, los productores húngaros deberían tener una buena temporada", afirma Kocsis.
Para más información:
Márton Kocsis
FruitVeb
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