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Italia

Una inundación destroza huertos frutales y casas en la provincia de Rávena

Maria y Antonio Gordini lloran lágrimas amargas, que hablan de sacrificios de toda una vida. Y es que, en pocas horas, la riada del 3 de mayo de 2023 arrasó huertas, inundó casas y arrastró múltiples objetos quién sabe cuántos kilómetros. Esto no solo les ha pasado a Maria y Antonio, sino a cientos de familias y empresarios. Estamos en Boncellino, una aldea de Bagnacavallo, provincia de Rávena. Aquí, la orilla del río Lamone cedió alrededor de las 8:40 del 3 de mayo y una enorme cantidad de agua se vertió en los campos circundantes, inundándolo todo. 

Acompañados por el técnico Gilberto Ballardini, llegamos al terraplén de Lamone. "Ya a las 6:30 de la mañana", dice el agricultor Antonio Gordini, "el agua se desbordó, y alrededor de las 8:45 el terraplén no aguantó y, con una fuerza increíble, el agua se vertió en los campos de los alrededores". El primer obstáculo barrido por las olas fue el huerto de manzanos propiedad de Maria Gordini (hermana de Antonio): 12 hectáreas de manzanas Golden, una plantación de 10 años en plena producción, protegida por mallas antigranizo. 

Haz clic aquí para ver el reportaje fotográfico.

Solo los postes de cabecera se mantuvieron en pie, el resto fue arrastrado. La fuerza del agua destruyó el camino debajo del terraplén: piedras, guijarros y asfalto fueron arrastrados cientos de metros y ahora yacen en lo que fue el huerto de manzanos. El lecho del río Lamone es más alto que el suelo de las casas y los campos y el agua cayó desde una altura de varios metros sobre la llanura. 

Lo que queda de un huerto de manzanos protegido por mallas antigranizo.

"Antes que nada, damos las gracias a los voluntarios que están presentes desde hace varios días, por ejemplo Protección Civil y otros cuerpos, que nos están echando una mano para liberar calles y casas. Pero luego también hay que pensar en nuestras plantaciones: ¿cómo podemos levantarnos y reconstruirlo todo?", se pregunta Antonio. 

Se necesitaron casi 6 días de trabajo las 24 horas del día para restaurar el terraplén roto. 

La plantación de manzanas de Gordini quedó completamente destruida. En el suelo hay de 10 a 50 cm entre limo, arena y piedras. Luego, apilados a un lado, detenidos por una valla y unos árboles grandes, están todos los manzanos, las mallas y los postes, en una maraña inextricable. "¿Quién nos podrá ayudar a desmontar todo y reconstruir el huerto? ¿Y cuántos años estaremos sin ingresos? Si todo va bien, al menos 5 años. Y en estos 5 años, ¿cómo vamos a sobrevivir?".

Antonio Gordini levanta un manzano arrancado por la riada.

Caminando por las estrechas calles de Boncellino, uno se topa con conchas de río, peces y, a veces, liebres ahogadas. Por todas partes hay un olor a descomposición. La gente se arremangó de inmediato, pero uno o dos metros de agua en la casa causaron daños que tardarán meses en sanar desde el punto de vista material. Y tal vez algunas infraestructuras dañadas nunca se restaurarán, quedando grabadas como recuerdo al desastre. 

"Nadé en casi dos metros de agua de un lado a otro de la casa", cuenta otro productor, "pero vi que no había salida. Luego, por la tarde, vinieron a salvarnos con una lancha. En otra zona, sé que se intervinieron helicópteros".

No obstante, se puede hacer mucho más en materia de prevención. Dado que los 250 milímetros de lluvia que cayeron en la cuenca del Lamone en pocas horas constituyen un hecho extraordinario, los productores están seguros de que, sin las altas plantas del río, los daños hubieran sido mucho menores. Así como sería útil limitar la población de algunos animales salvajes, como puercoespines y nutrias, que cavan hoyos y túneles, debilitando las riberas.

Finalmente, todos los trabajos de consolidación realizados en unos días en emergencia del 4 al 9 de mayo podrían haberse realizado en los meses (y años) anteriores, en mantenimiento ordinario. Se habría gastado mucho menos dinero y los habitantes no habrían sufrido daños de esta magnitud.

Fecha de publicación: