La temporada de la uva de mesa de Marruecos está a la vuelta de la esquina, pues las primeras cosechas se esperan para finales de mayo. Los volúmenes se resentirán de las anomalías meteorológicas y la sequía que está experimentando el país, si bien los daños no son de la misma gravedad en todas las regiones, según Elana Shabaily, comercializadora de Les Vergers du Soleil.
"Nuestro plan es comenzar la primera cosecha en Tarudant a finales de mayo, y abasteceremos al mercado esa misma semana gracias a nuestra proximidad a Europa. Es muy típico que la temporada comience en Tarudant y Marrakech. No obstante, las variedades tardáis se han adelantado considerablemente porque la primavera ha sido anormalmente cálida. Prevemos que la totalidad de la cosecha habrá concluido para mediados de julio", dice Elana.
"Tarudant, en el sur de Marruecos, ha sufrido los efectos negativos de un invierno 'caluroso' con unidades de frío negativas. Esto ha afectado a los rendimientos, pero esperamos recuperarnos en Marrakech, donde hemos tenido un invierno decente, aunque tardío. Esperemos que sea una anomalía y no una tendencia", continúa la exportadora.
"En Les Vergers du Soleil, puesto que tenemos producción en ambas regiones, nuestro volumen total no variará este año. La mayoría de nuestra producción será de blanca sin semillas. La temporada comenzará con Early Sweet antes de pasar a Arra 30 y Timpson, y finalizar en julio con Ivory. Nuestra oferta de uva roja se basa en la Arra 29 todo junio y en la Krissy en julio. También hay una pequeña producción de Midnight Beauty".
Los exportadores marroquíes se concentran sobre todo en el mercado europeo, subraya Elana. "El sur de Europa sigue siendo muy importante para nosotros antes del inicio de su propia temporada. Latinoamérica y África, en general, son mercados que tenemos la intención de desarrollar en los próximos años. En Les Vergers Du Soleil nos encontramos en una posición muy privilegiada, con clientes históricos y una demanda que supera la disponibilidad".
En cuanto a los precios, los exportadores tendrán que soportar la carga de las circunstancias económicas. "Pese a los efectos de la inflación en los costes de los insumos, no es algo que esperemos que se refleje plenamente en los precios de venta. Estamos constatando el efecto de la crisis económica en el poder adquisitivo del público en general, y el hecho de que las uvas se consideren un producto de lujo podría limitar el crecimiento del precio".
Los contratiempos meteorológicos y la sequía se han convertido en una realidad que ahora está notándose en el sector de la uva de mesa y en la producción agrícola en general.
"Hemos llevado a cabo nuevas inversiones y desarrollo varietal como resultado de estos retos", comenta Elana. "Hemos construido una estructura de riego adicional de 50.000 m³ en 2023 que servirá para respaldar la temporada que viene, pero aún se necesita que llueva. Estamos evaluando constantemente nuevas variedades que puedan soportar condiciones extremas, formas de reducir el agua de riego y fuentes de agua alternativas. Además, en el ámbito nacional y regional, se han lanzado ya varios proyectos importantes para mejorar la situación actual. El primero debería empezar a dar frutos en los dos próximos años".
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Elana Shabaily
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