Tras el terremoto de Al Hauz que sacudió Marruecos el pasado viernes, el panorama se va aclarando. Según varios testimonios, el terremoto no ha tenido consecuencias graves para los cultivos. Los pueblos más perjudicados, algunos de los cuales han desaparecido completamente del mapa, son remotos y están aislados en lo alto de las montañas, donde la principal actividad agrícola es la fruticultura a pequeña escala y la producción de hierbas.

Un productor de Zagora le explica a FreshPlaza: "En términos generales, los daños humanos y materiales del terremoto dependen de dos factores: altitud y arquitectura. Son las comunidades de montaña, que viven en casas tradicionales de barro, las que se han llevado la peor parte. Estas comunidades practican una agricultura de subsistencia basada en la fruticultura, como frutas y aceitunas, y la producción de hierbas, como azafrán, para autoconsumo o para la venta en pequeños volúmenes en el mercado local. Estas comunidades viven principalmente del turismo de montaña más que de la agricultura".
"Hay zonas en las que la agricultura comercial se concentra en altitudes bajas y no los daños materiales no han afectado a los cultivos, como es el caso de Agadir, Marrakech, Tarudant y otros puntos", continúa.
Otro productor de la región de Marrakech explica: "No hay nada que declarar, los cultivos se han salvado, igual que nuestras infraestructuras agrícolas, incluidas las instalaciones de riego. Tuvimos que parar de trabajar al principio de la semana, pero ya hemos reanudado el trabajo".
En Tarudant, una de las regiones más afectadas, los cultivos no han sufrido ningún daño, indica un citricultor local. "Las más perjudicadas son las zonas que se encuentran a gran altitud y donde no hay agricultura a gran escala. En mi caso, y por lo que he visto de otros productores, los cultivos están intactos".
A principios de esta semana, un productor de Agadir, una de las regiones más importantes en términos de volúmenes producidos, declaraba que los productores no habían registrado pérdidas relacionadas con el terremoto. "Los invernaderos han temblado, pero están estables. Sin embargo, las labores se han detenido porque los trabajadores agrícolas y de los almacenes de envasado no se han presentado, lo cual es bastante compresible, puesto que tienen que cuidar de sus familias".
No obstante, esa misma fuente habla de pérdidas de frutales y olivos en determinadas zonas, especificando que esto incluye la agricultura de subsistencia, que es difícil de cuantificar, pero que, en cualquier caso, son volúmenes pequeños.
En Uarzazate, un productor le ha contado a FreshPlaza que ha sufrido daños en sus tuberías de riego y en la estación de bombeo de agua, y menciona que los daños del terremoto en su región han sido, como mucho, del estilo. "Las pérdidas son sobre todo humanas. Las zonas más afectadas son las rurales y suministran mano de obra".
Una de las consecuencias más visibles del terremoto en el sector agrícola, según varios productores, es el cambio de los caudales de las fuentes de agua subterráneas, algunos de los cuales han aumentado y otros han disminuido. La violencia del terremoto ha provocado el afloramiento de nuevos manantiales.