Gracias al proyecto de agricultura regenerativa desarrollado por Unilever en Badajoz con Grupo Conesa, proveedor de los tomates con los que la multinacional de la alimentación elabora de salsas y tomate en polvo de todos los productos de la marca Knorr en Europa, han logrado reducir considerablemente la cantidad de agua necesaria para cultivar.
Como explica Laia Barba, líder del Área de Alimentación y Nutrición de Unilever en España: "Entre los principales hitos marcados por este proyecto han sido el desarrollo del riego por goteo y el uso de la teledetección satelital, que han logrado reducir su consumo de agua en un 35% y aumentar su rendimiento en un 30%, lo que equivale a casi 3 millones de litros por hectárea". Solo en 2023, explican desde la compañía, han cultivado más de 156.000 toneladas de tomates de forma sostenible para los productos Knorr y otros productos de alimentación con tomate.
En total, la compañía agrícola cuenta con de 2.250 hectáreas de cultivo, el 70% de las cuales están dedicadas al abastecimiento de tomate para Unilever y en donde ahora se emplea el sistema del satélite Sentinel-2, "que puede proporcionar a los agricultores datos sobre la salud de los cultivos, su crecimiento y el uso del agua, incluyendo también diversos índices de vegetación como el NDVI, y la humedad del suelo", apunta Manuel Vázquez Calleja, director general y consejero delegado del Grupo Conesa. "A través de sus sensores, nuestros agricultores han podido utilizar esta tecnología para controlar las prácticas de riego de sus cultivos de tomate".
La directiva recuerda que Unilever, a través de Knorr, fue pionera al adelantarse a las nuevas políticas agrarias de la UE de 2023-2027 e implantar desde el año 2010 medidas como la rotación de cultivo antes de que ésta fuera obligatoria. "Pese a que estas prácticas de agricultura regenerativa requieren inversiones adicionales en comparación con la agricultura convencional a corto plazo, se espera que generen beneficios a largo plazo en términos de sostenibilidad y resiliencia".
Fuente: eleconomista.es