La calabaza es un alimento otoñal muy conocido. Sin embargo, hay quien afirma que esta hortaliza podría ser el superalimento del futuro. En Occidente, las calabazas pueden ser el ingrediente principal de una tarta navideña tradicional, pero su verdadero potencial reside en sus beneficios nutricionales y medicinales. Este cultivo resistente y tolerante a la sequía, rico en nutrientes esenciales y relativamente fácil de cultivar, está infravalorado.
Las calabazas contienen antioxidantes que se dice que ayudan a prevenir varios tipos de cáncer. Esta fruta rica en nutrientes y agua y baja en calorías es una gran fuente de vitamina A. También es rica en betacaroteno, vitamina C, vitamina E, hierro y ácido fólico, que fortalecen nuestro sistema inmunitario. Un estudio de 2021 de la Universidad de Putra (Malasia), calificó la calabaza de "cultivo revolucionario de la era", añadiendo que es un "alimento equilibrado y más adaptado a circunstancias atmosféricas y de suelo deficientes que otros cultivos importantes".
Además de todo esto, parece que la calabaza es una planta ideal para regiones con inseguridad hídrica por su tolerancia a la sequía. Dada su capacidad para soportar la salinidad y la falta de agua, son el cultivo preferido en los arenales de Bangladesh. Investigadores de la Universidad de Selcuk (Turquía) intentan desarrollar nuevas variedades de calabaza a partir de ciertos cultivares que den lugar a un cultivo más tolerante a la sequía.
Las calabazas no solo resultan adecuadas para regiones con estrés hídrico, sino que también se consideran beneficiosas para el suelo en el que se cultivan. Tienen la capacidad de reducir la erosión, fijar el nitrógeno atmosférico, reducir la lixiviación del nitrógeno y mejorar la salud del suelo.
Fuente: bbc.com