Científicos checos de la Universidad Mendel colaboran con empresas camboyanas para convertir los huesos de mango en energía. En Camboya, donde el mango es un cultivo importante, durante el procesamiento de la fruta se generan grandes cantidades de desechos, incluidos los huesos. Los científicos han desarrollado un método para fabricar briquetas combustibles a partir de los huesos de mango, ofreciendo una alternativa a la leña y reduciendo los residuos en los vertederos y la deforestación.
Estas briquetas tienen un alto poder calorífico, son bajas en emisiones y son aptas para su uso en estufas y calderas. Además, los huesos de mango se pueden utilizar para producir mantequilla de mango para alimentos y productos cosméticos, y el residuo después de la extracción del aceite puede servir como alimento para el ganado. Esta iniciativa, apoyada por el programa Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, tiene como fin reducir los residuos, utilizar fuentes de energía alternativas y proteger el medio ambiente local. Camboya, uno de los mayores productores de mango del mundo, puede beneficiarse significativamente de este uso sostenible de un recurso hasta ahora descartado.