“Desde hace unos años, el entorno indirecto está afectando a las cooperativas y empresas en Almería mucho más que nuestro entorno cercano”, señalaba Juan Carlos Pérez Mesa, profesor de la Universidad de Almería, en su ponencia dentro del programa del Congreso Internacional de Organizaciones de Productores, celebrado recientemente en Almería. Y es que factores como “el tsunami normativo de la UE, la guerra en Ucrania y Oriente Próximo, las rupturas de la cadena de suministro o los flujos migratorios internacionales” están teniendo como consecuencia un aumento de costes desde 2021. “Si hacemos una media general, vemos que ha habido un 34,4% de incremento”, indicó. “Y si bien es cierto que a partir de marzo ese incremento empezó a moderarse, la inflación es algo que se va acumulando y vamos a tener que seguir luchando con ella en nuestra estructura de costes”.

“Internalizar las externalidades” será necesario en adelante, aunque también la sostenibilidad asociada a la innovación, resaltó. “De hecho, la sostenibilidad ha dejado de ser un aspecto transversal en la cadena de suministro para convertirse en el corazón mismo de la cadena”.
El capital humano, el principal recurso que tiene una empresa de acuerdo con la Teoría de Recursos y Capacidades, la atracción y retención del talento, o las nuevas tecnologías como la robotización, que Países Bajos tiene la intención de empezar a implantar para 2024, son claves que se necesitarán en el futuro en un entorno en el que la competencia es cada vez mayor.
“En tomate, destaca Marruecos, que tiene con nosotros una diferencia de costes de mano de obra con respecto a Almería de 1 a 7. Al final de la cadena de valor esa diferencia se reduce a un 40% en destino, y tenemos que luchar porque ese margen se reduzca lo máximo posible. No hay que olvidar que la calidad es importante, pero en las encuestas al consumidor, el precio es un factor de peso a la hora de la compra”, expuso.
“Marruecos es nuestro gran competidor y en pocos años ha incrementado drásticamente su producción hasta superar hoy en día a la producción española y a la holandesa. En tomate, el país ya sobrepasa las 10.000 hectáreas y, llegados a este punto, tendremos que decidir si queremos un modelo de offshoring en Marruecos o si queremos seguir teniendo autosuficiencia productiva en la UE”.
Juan Antonio González Real, presidente de Coexphal, junto a Luis Miguel Fernández, también de Coexphal; Juan Carlos Pérez Mesa, de la Universidad de Almería; José Manuel Fernández, de Vicasol, y Juan Pérez Zamarrón, de Coexphal.
Otro de los retos a los que se enfrentan Almería y su producción, no solo la de tomate, es su reputación en Europa. “Hemos realizado un estudio académico en el que hemos analizado las noticias que aparecen en los medios generalistas de los países europeos para ver qué opinión tienen los medios del sistema productivo en Almería, y esta lluvia de palabras resume lo que aparece en todas estas noticias”, dijo, mostrando una diapositiva que evidenciaba la reputación del sector, entre los que resaltaban palabras como “denuncias”, “plásticos”, “condiciones de los trabajadores” o “ilegal”. “Por supuesto, los medios ya no pueden criticar al sector desde el punto de vista del uso de pesticidas, pero aparece el concepto del dumping social”, remarcó.
“No negamos que pueda existir una minoría que incumpla la ley, pero estas situaciones están hoy en día absolutamente controladas. De hecho, permítanme recordar que Almería es hoy en día la provincia española con más población inmigrante empadronada; un 21%, por delante de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. El 27% de toda la fuerza laboral de Almería es de fuera de España y esa cifra sube al 67% en el sector agrario”.
“Por último, quisiera que todo el mundo recordase que las hortalizas son la partida agraria más importante de toda la producción agraria de la Unión Europea, por delante de las frutas o del sector lácteo, y que únicamente recibe menos de un 1% de ayudas”.
“El sector quiere seguir manteniéndose del mercado y para ello esperamos que la regulación no favorezca la competencia extracomunitaria”, concluyó.