En la comarca donde nació la clementina más famosa y más plantada de España, la Clemenules, se establece una cooperativa cuyo trabajo se centra principalmente en esta variedad. Las cooperativas de Castellón no pasan por el mejor momento, con un perfil de agricultor ya envejecido al que le cuesta encontrar un relevo en las nuevas generaciones, buscan hacer frente a los altos costes de los insumos, la competencia de países terceros y las guerras de precios impulsadas por la gran distribución.

“Alrededor del 80% de lo que producimos y comercializamos es Clemenules, la variedad más emblemática de esta localidad y de la comarca de La Plana a la que pertenece”, cuenta Manuel Malo, director de la cooperativa Vallfrut, ubicada en La Vall d’Uixó, en el sur de la provincia de Castellón.
“En estos momentos nos encontramos al final de la temporada de Clemenules, en fechas en las que ya tendríamos que haber terminado, aunque en el contexto inflacionario en el que nos encontramos, la demanda ha sido, en general, más lenta de lo que esperábamos. Afortunadamente, hemos tenido una menor incidencia de plagas este año y por tanto, un buen aprovechamiento, además de precios justos para los agricultores”, explica.

Manuel Malo, junto a Toñi, la responsable de planta, que lleva trabajando en Vallfrut desde que se inauguró en 1974.
La Clemenules es una variedad que ha hecho fuertes a las empresas de esta comarca, de acuerdo con Manuel Malo, ya que “además de tener unas características organolépticas envidiables y ser productiva, se recolecta en las fechas de mayor consumo de cítricos en Europa. Esto llevó, no obstante, a que se plantase de forma desmesurada, no solo en esta provincia, sino en el resto de zonas productoras de España, concentrándose mucha producción en apenas 2 meses. Ha sido complicado obtener precios suficientemente rentables para esta variedad en los últimos 20 años”.

Vallfrut está formada por 360 socios que manejan un total de 450 hectáreas y una producción anual de alrededor de 10 millones de kilos, principalmente de clementinas y mandarinas, que exportan a países de Europa continental, nórdicos, bálticos y del Este, siendo Alemania y Francia, los destinos más importantes. La cooperativa acaba de cumplir 50 años, recibiendo la visita del Conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valenciana D. José Luis Aguirre Larrauri.
El sector citrícola de Castellón, provincia donde se producen principalmente clementinas y mandarinas, lleva precisamente más de dos décadas afrontando dificultades y una pérdida importante de la competitividad, una tendencia que se ha acelerado en los últimos 10 años, en los que ha aumentado el número de cooperativas que han echado el cierre.

“La extensión agrícola en Castellón ha sido tradicionalmente minifundista, es decir, plantaciones pequeñas que se heredan de padres a hijos. No obstante, la baja rentabilidad del cultivo, que cada vez tienen más presión por el poder de compra que concentra la gran distribución, unido al aumento de los costes por las plagas, el alto precio de insumos como el agua -en esta localidad concretamente-, y la falta de relevo generacional han dificultado la supervivencia de muchos agricultores, que terminan por abandonar sus cultivos”, lamenta Manuel Malo. “En muchos casos, los árboles son ya tan viejos que no producen suficiente para poder ser rentables”.

“Nuestro principal reto es y será hacer atractiva la citricultura a la gente joven para prevalecer”, señala el director de Vallfrut. “El sector está cambiando muy deprisa con la entrada de los fondos y las pequeñas cooperativas solo podemos diferenciarnos consiguiendo un producto de calidad, con volúmenes más limitados pero ofreciendo algo que no tengan los grandes operadores. No podemos librar las guerras de precios con las grandes cadenas, nuestro modelo se basa en aportar el máximo valor al producto del que todavía viven muchas familias de agricultores”.
La empresa lleva varias campañas diversificando a otras variedades que aporten rentabilidad y diferenciación. “Aunque la Clemenules sigue siendo muy popular y querida en muchos mercados europeos, especialmente la de nuestra zona, estamos incentivando a los agricultores a contar también con otras variedades. Es difícil dar con variedades rentables a principios de campaña por el solape con el hemisferio sur, pero ya estamos produciendo variedades de clementina del Instituto Valenciano de Investigación Agraria (IVIA) como Neufina, una mutación de Clemenules que se cosecha a partir de enero y Murina, una variedad irradiada de Murcott, con un muy buen paladar y que nos permite terminar a finales de marzo", destaca.

"A partir de este momento de campaña, también producimos otras variedades como Safor, algo de la mandarina protegida Tango, Ortanique y Clemenvilla, así como pocas cantidades de naranja LaneLate”, añade.
Para más información:
Manuel Malo Moreno
VALLFRUT
Ctra. Segorbe, km 21’6
La Vall d’Uixó, Castelló.
T: +34 964 660 350
[email protected]
www.vallfrut.com