"El objetivo de la robótica unida a la IA no es sustituir a las personas, sino ayudarlas", afirma Nicolas Salmon, director general y cofundador de Aisprid. En la feria Sival de Francia, la empresa ha presentado su robot Leafy, un deshojador autónomo para plantas de tomate cultivadas en invernadero. El robot ya está funcionando en invernaderos de tomates, ya que los productores son socios de desarrollo de la empresa, afirma Nicolas. "Un programa de I+D y pruebas sobre el terreno de 3 años de duración aseguran las condiciones operativas del robot".
Deshojar tomateras es una novedad en robots para la horticultura. El Leafy de Aisprid se encarga actualmente de esta tarea en algunos invernaderos de Bretaña (Francia). "El año pasado se instalaron allí unos 10 robots", explica Nicolas. "Este año empezamos la fase comercial, con el despliegue de más robots, con pago por adelantado".
Llegar hasta aquí no ha sido fácil. "Hay que hacer muchas cosas bien para cortar una sola hoja, tanto desde el punto de vista del software como del hardware. Este es uno de los mayores retos de la agricultura, y también lo es del deshojado y la cosecha. Luego, hay que repetir la acción un millón de veces con eficacia y sin fallos de hardware", comparte Nicolas.
Leafy está equipado con varias cámaras. Una cámara central escanea las tomateras, las hojas y los tomates para identificar los puntos de corte de las hojas, así como los obstáculos potenciales para la trayectoria del robot. A continuación, el brazo robótico se desplaza hacia el punto de corte mientras utiliza otra cámara situada en el extremo del brazo robótico para ajustar su trayectoria en mitad del desplazamiento.
Pero aún hay más. El robot está equipado con IA y, como dice Nicolas, es de vital importancia aprender de la experiencia de interactuar con el mundo viviente. "Las plantas no son como los productos hechos en fábrica. Son diferentes de una hilera a otra y de un productor a otro. Las plantas cambian a lo largo de la temporada. La gran diversidad y los casos especiales que tratamos son los que hacen que nuestro trabajo sea tan complejo. Nuestro robot está diseñado para funcionar en un entorno vegetal y vivo: Puede analizar el entorno, comprenderlo y actuar en consecuencia".
Hablemos de cifras. Aisprid aspira a alcanzar una hectárea por robot, con un trabajo de 20-24 horas al día, 7 días a la semana. "Todavía no hemos llegado, estamos más o menos a mitad de camino", expresa el experto, y añade que es importante entender que el robot es evolutivo. "El rendimiento aumenta cada mes, al igual que las actualizaciones de software, IA y hardware".
"Robotizar las tareas de los invernaderos es el futuro de la agricultura y la horticultura", afirma Marine Lechvien, una de las productoras de Bretaña que trabajan con Leafy. "Cuanta más experiencia adquiera el robot, mejor será su rendimiento. Ya se aprecian mejoras sustanciales: el corte es más limpio y el robot Aisprid progresa adecuadamente. Seguirá mejorando en cuanto a precisión y número de hojas cortadas".
En la actualidad, el robot solo trabaja con tomates, con especial atención a los tomates en rama. "El rendimiento del robot se ve afectado por las variedades, pero estamos trabajando para abarcar todo lo posible, incluso potencialmente otros cultivos como los pepinos. Nuestro objetivo es dar una respuesta sostenible a la escasez de mano de obra, a la vez que mejoramos las condiciones de trabajo de quienes manipulan las plantas".
El Aisprid ha recibido una medalla de oro en Sival y está expuesto durante la feria, en el stand 302 - pabellón Novaxia Haut. Más adelante, también estará presente en la sesión de lanzamiento de startups de World FIRA y en Greentech Amsterdam.
Para más información:
Aisprid
6 Allée Métis
35400 Saint-Malo - Francia
Tel.: (+33) 6 40 98 39 28
[email protected]
www.aisprid.com
