En los últimos cinco años, el sector de los cítricos ha experimentado un drástico cambio estructural, en una tendencia que ya venía dándose desde hacía un par de décadas. Las grandes cadenas de distribución en muchos países europeos han aumentado en gran manera su poder de compra, acaparando en manos de pocos la mayor parte del mercado. Es por eso por lo que se vienen formando grandes grupos hortofrutícolas con la entrada en juego de los fondos de inversión, para ganar capacidad de compra y de venta de producto. A día de hoy una cuarta parte del sector citrícola en España ya está en manos de fondos de inversión, mientras por otro lado continúan cerrándose cooperativas. En el caso de Castellón, han desaparecido el 80% de las cooperativas en 30 años.

Es en este contexto en el que surge un proyecto innovador que ha captado la atención de la comunidad agrícola, la unión de una empresa privada y una gran cooperativa en la provincia de Castellón. Así pues, la cooperativa San Alfonso, ubicada en Betxí, se encuentra en estos momentos en pleno proceso de integración con Grupo Clasol, con sede en Borriana. En total, reunirán cuatro centros de confección: dos en la provincia de Castellón, uno en el sur de Tarragona y otro en Murcia, así como 2.500 hectáreas de producción y más de 2.000 empleados.

“Esta integración combinará lo mejor del modelo cooperativista y privado en la producción y comercialización”, afirma César Claramonte, CEO de Grupo Clasol. “La empresa privada tiene una velocidad más rápida en la toma de decisiones en comparación con el modelo cooperativista, y en el caso de San Alfonso, hablamos de un transatlántico con más de 1,000 socios con voz propia, que a su vez cuentan con una agricultura muy perfeccionada y con una tecnología punta en su central, con capacidad de manejar mayores volúmenes de los que disponen actualmente”.

“A pesar de tener un gran potencial respecto a otras cooperativas de menor tamaño, nos vemos en la necesidad de hacer algo más”, cuenta Emilio Balaguer, presidente de San Alfonso. “Viendo las dificultades que está enfrentando este sector en los últimos años, este proyecto se presenta ilusionante para nuestros socios, ya que ha conseguido el respaldo en un 95% dentro de una masa social tan grande y diversa, desde agricultores pequeños a productores que poseen grandes extensiones”.

Un vehículo para la incorporación de más cooperativas y agricultores, preservando el minifundio
“Este proyecto no solo busca mejorar la eficiencia y la venta, sino que también se presenta como un vehículo para que pequeños agricultores o cooperativas se sumen, ofreciendo una alternativa a la tradicional unión de cooperativas de segundo grado. San Alfonso ya ha logrado la anexión de la cooperativa Agroal y está abierta a nuevas incorporaciones que deseen unirse a una estructura diferente. Sería mucho más fácil gestionar la producción de estos agricultores directamente sin tener que comprarla, supondría un ahorro tremendo de costes. Siempre dependiendo de las variedades y vigilando los huecos comerciales para obtener la máxima rentabilidad para los agricultores”, explica Emilio Balaguer.

La cooperativa aborda el desafío del minifundio, común en la zona, proponiendo una estructura que permita competir con grandes fincas al combinar eficiencia y bajos costos. “Tenemos que defender el minifundio, ya que no podemos olvidar que toda la riqueza productora de esta zona proviene de este modelo. Es difícil competir con grandes fincas con costes muy estudiados, pero por otra parte, el mimo y cuidado puestos por los agricultores hacen que el minifundio aporte alrededor de un 80% de fruta de alta calidad, algo impensable en el modelo latifundista. Por eso, si agrupamos minifundios y hacemos una buena gestión de costes, puede sobrevivir”, sostiene César Claramonte.
“El objetivo es suministrar los 12 meses del año de forma cada vez más constante”
“Empezaremos a operar oficialmente a partir del 1 de julio, tras completar la integración. A partir de entonces, operaremos conjuntamente en un proyecto que potencie cada vez más el suministro de producto durante los 12 meses del año, especialmente en cítricos. La estacionalidad de los cítricos en España nos permiten manejar volúmenes muy grandes de octubre a marzo, pero buscaremos aumentar la oferta en el resto de meses”, explica Emilio Balaguer, presidente de la Cooperativa San Alfonso.

“El origen España es y seguirá siendo nuestra principal apuesta. De hecho, estamos realizando muchas inversiones en pruebas con tratamientos para tratar de alargar la vida útil de nuestra propia fruta y ha habido años en los que se ha logrado servir naranjas Valencia hasta el 15 de septiembre”, afirma el máximo responsable de la cooperativa.
Es por eso por lo que Grupo Clasol, junto a San Alfonso, busca seguir diversificando sus variedades. Es necesario seguir apostando por nuevas variedades para asegurar la rentabilidad. “Hay variedades que, en su calendario de cosecha, no son muy competitivas y que irán cambiándose en favor de otras protegidas con rendimiento en árbol, calidad para tener buenos aprovechamientos en la central, y comercialmente aceptada para que el cliente la desee. Vemos interesante completar con nuevas variedades para alargar la segunda parte de campaña y suministrar durante más tiempo a los clientes”, indica César Claramonte.

¿Es cierto que la naranja está perdiendo consumo en favor de las mandarinas?
Este año los precios de la naranja se han elevado de forma significativa por el marcado descenso de la producción en España, lo cual, en un contexto de inflación que afecta a los bolsillos de los consumidores, ha frenado su consumo. No obstante, César Claramonte sostiene que “al contrario de lo que pueda decirse, la naranja no está experimentando ningún tipo de recesión en su consumo en comparación con los cítricos fáciles de pelar, de hecho nosotros estamos aumentando las ventas todos los años. Es cierto que la producción española de naranja se enfrenta a una competencia más elevada de países terceros respecto a las mandarinas o clementinas, pero dudo mucho que los supermercados estén vendiendo menos naranjas”.

“Vemos que las grandes cadenas de distribución tienen una prioridad especial por las naranjas cuando estas llegan a los lineales, ya que su consumo sigue estando muy asociado a las gripes y resfriados, en los meses más fríos, por su aportación de vitamina C. Hasta el periodo navideño, la demanda ha sido tranquila, pero con la llegada del frío y las olas de contagios de gripe, se ha visto cómo ha vuelto a despegar su demanda”, añade Emilio Balaguer.

El mayor reto para este nuevo proyecto: las personas
“Aunque trabajaremos de forma conjunta, somos dos organizaciones totalmente diferentes, porque llevamos a cabo procesos distintos de la cadena de valor. El reto será aunar muchas maneras de hacer las cosas y que todo el mundo se sienta a gusto, trabajando en la misma dirección. Lo más complicado en todo proceso son siempre la personas, que son quienes marcan la diferencia. Si no hubiésemos tenido esa sinergia y confianza mutua entre las personas que han intervenido en la negociación, no hubiésemos podido llegar hasta aquí. Es sin duda un proyecto que genera mucha ilusión para todos”, concluyen.
Para más información:
César Claramonte
GRUPO CLASOL
T: (+34) 964585947
[email protected]
www.clasol.com
Emilio Balaguer
Cooperativa San Alfonso
T: (+34) 964 62 30 00
[email protected]
www.sanalfonso.es