Lopburi, ciudad tailandesa invadida por unos 2.500 monos salvajes, ha puesto en marcha un plan para capturar y reubicar a los animales mediante jaulas cebadas con frutas tropicales. Se trata de una medida motivada por los recientes conflictos entre monos y humanos. La intención de las autoridades tras atrapar a estos animales es realizarles controles sanitarios y esterilizarlos. Aunque los monos han sido una atracción turística, su creciente agresividad ha perjudicado a los negocios y vecinos de la ciudad, que espera que este esfuerzo restaure el orden y mejore la economía local.