En Kuala Lumpur (Malasia), la reducción de la disponibilidad de coco ha afectado a las celebraciones del Eid al-Fitr. Esta escasez se atribuye a las adversas condiciones meteorológicas que afectan a las principales naciones productoras de coco, lo que ha provocado una reducción del suministro mundial y un aumento de los precios.
Países como Filipinas e Indonesia contemplan restricciones a la exportación para gestionar el suministro local. Filipinas, el mayor productor mundial de coco, prevé un descenso de la producción del 20% para 2025 debido a las condiciones meteorológicas extremas. "La principal razón de la escasa oferta es el tiempo", señala Henry Raperoga, de Axelum Resources. La Autoridad Filipina del Coco está estudiando estrategias para retener más aceite de coco para uso doméstico.
Indonesia, el segundo mayor productor, estudia medidas como prohibiciones de exportación y gravámenes para estabilizar los precios locales, que se han disparado un 150% recientemente. En Sri Lanka, los precios al por mayor se han duplicado en el último año debido a la escasez de cosechas por el mal tiempo y las enfermedades. El gobierno ha permitido la importación de pulpa de coco para aliviar la presión del mercado.
La demanda mundial de productos de coco sigue aumentando, impulsada por su atractivo como opciones sin lactosa y de origen vegetal. Los productos relacionados, como el aceite y la leche de coco, están ganando adeptos gracias a las tendencias de bienestar. La Comunidad Internacional del Coco prevé un ligero aumento del consumo de aceite de coco hasta los 3,23 millones de toneladas en 2025.
El Departamento de Agricultura de EE. UU. prevé que las existencias de aceite de coco alcancen el nivel más bajo de los últimos cuatro años a finales de la temporada 2024-25. Esta escasez ha llevado a una duplicación de los precios del aceite de coco desde 2023, alcanzando un máximo de tres años de 2.658 dólares por tonelada. En Malasia, algunos comerciantes han interrumpido sus operaciones, lo que ha llevado a los consumidores a considerar alternativas como la nata para cocinar o el yogur.
Fuente: The Straits Times