El fin de semana del 3 de mayo, ráfagas de viento y granizo barrieron partes de Austria el pasado fin de semana, incluidas las dos regiones productoras de Burgenland y Marchfeld (Baja Austria). La compañía austriaca de seguros contra el granizo ya ha estimado los daños totales para la agricultura austriaca en unos 1,9 millones de euros. El aumento de las condiciones meteorológicas extremas también preocupa cada vez más a los productores regionales de frutas y hortalizas, según una encuesta.
Marchfeld: mal tiempo tras las inundaciones
Marchfeld, al este de Viena, la capital austriaca, es una de las regiones productoras más importantes del país. También allí se produjeron chubascos en algunos lugares. "Las tormentas se extendieron bastante, pero en general salimos bien parados. No obstante, también hubo daños menores en algunos de nuestros campos de guisantes", informa Barbara Kargl, directora gerente de Gemüseland Landesproduktenhandels GesmbH de Schneider, con sede en Groß-Enzersdorf.
Kargl confirma que las condiciones meteorológicas, cada vez más caprichosas, están teniendo un gran impacto en el cultivo de hortalizas al aire libre. "Todavía está fresca en la memoria de todos la catástrofe de las inundaciones de septiembre del año pasado. En general, el tiempo es cada vez más extremo, lo que nos plantea grandes retos. Nos vemos obligados a pensar en soluciones preventivas en términos de protección de cultivos y similares".
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Campo dañado en el sur de Burgenland.
Alivio en Estiria y el norte de Burgenland, graves daños en el sur de Burgenland
Aunque la tormenta comenzó en Sebersdorf, en el este de Estiria, el sector de la fruta de pepita de Estiria salió indemne, según el Grupo OPST y la cooperativa ecológica Melec. El norte de Burgenland también se libró en gran medida de los daños meteorológicos. Sin embargo, los daños en el sur del Burgenland fueron aún mayores, informa Herbert Knöbl, productor de fruta de Neudauberg —a un tiro de piedra de la zona siniestrada— y persona de contacto del seguro austriaco contra el granizo en el sur de Burgenland. "Las tormentas de granizo afectaron con especial dureza al municipio de Kukmirn, causando pérdidas totales de fresas, ciruelas y albaricoques. A diferencia de otros años, los daños por heladas no son un problema este año. Como consecuencia, muchos ya esperaban un buen año de cosecha, por lo que este episodio de granizo es especialmente amargo para las explotaciones afectadas".
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Tanto los cultivos de fresas (izda.) como los de fruta de hueso han sufrido graves daños por el granizo.
La fase crítica se ha alargado mucho en las tres últimas décadas, dice Knöbl. "Antes del cambio de siglo, los fenómenos meteorológicos graves se producían sobre todo en verano, de junio a agosto. Ahora, a veces empiezan ya en abril y no paran hasta finales de septiembre. En este sentido, la ventana de riesgo se ha alargado mucho desde el punto de vista del productor. Al mismo tiempo, la vegetación de casi todos los cultivos frutales se adelanta constantemente: en mi propia explotación, la variedad Golden Delicious florece unas dos semanas antes que hace 10-20 años". Sobre todo en lo que se refiere a la defensa contra el granizo, los fruticultores austriacos apuestan por soluciones de techado y por los llamados aviones antigranizo, que garantizan que el tamaño del granizo sea mucho más pequeño y, por tanto, cause menos daños.
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El tiempo frío y húmedo contribuye también a aumentar la presión de enfermedades en forma de Monilia (fruta de hueso) y sarna (manzanas).
