En el sector de las frutas y hortalizas, la incertidumbre es una constante. Desde las inclemencias meteorológicas y los cambios en la normativa hasta la escasez de mano de obra y las tensiones geopolíticas, las interferencias son inevitables. Para los productores, distribuidores y retailers, el verdadero reto no es solo reaccionar a estos cambios, sino también ajustar las cadenas de suministro para resistirlos y seguir prosperando.
Casi el 40% de las frutas y hortalizas que se consumen en EE. UU. proceden de la importación, siendo México el mayor proveedor, con cerca del 63% de las hortalizas y el 47% de las frutas y frutos secos importados. Canadá ocupa el segundo lugar, con aproximadamente el 11% de las importaciones de hortalizas frescas. Dada esta fuerte dependencia del comercio transfronterizo, cualquier cambio en los aranceles, los acuerdos comerciales o la dinámica de la cadena de suministro puede crear efectos dominó con repercusiones para todo el sector.
"La clave de la resiliencia no es encontrar soluciones rápidas, es adoptar estrategias a largo plazo que hagan que la cadena de suministro sea más fuerte, más eficiente y más sostenible, independientemente de los retos que surjan", afirma Paul Oklesh, de Verdant Technologies.
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Lecciones aprendidas
La historia ha demostrado que las cadenas de suministro basadas en la flexibilidad, la innovación y la colaboración transfronteriza son las que prosperan cuando surgen problemas.
Por ejemplo, en 2018 hubo un exceso de manzanas en el noroeste de Estados Unidos, cuando las repentinas restricciones comerciales provocaron que los productores tuvieran que esforzarse por encontrar mercados alternativos. Algunos productores recurrieron a tecnologías de extensión de la vida útil poscosecha, lo que les dio el tiempo necesario para buscar nuevos mercados y evitar pérdidas. Otros diversificaron sus estrategias de exportación y empezaron a cultivar relaciones en regiones hasta entonces inexploradas.
O recordemos las restricciones a la exportación de limones argentinos en 2021, que obligaron a los compradores estadounidenses a replantearse el abastecimiento, invertir en infraestructuras de cadena de frío y construir rutas de suministro más resistentes.
En ambos casos, las empresas que se adaptaron rápidamente e invirtieron de manera estratégica lograron ventajas duraderas. No solo fueron capaces de capear la volatilidad, sino que salieron fortalecidas una vez que las condiciones del mercado se estabilizaron.
Cómo puede el sector hortofrutícola construir una cadena de suministro resiliente
En lugar de reaccionar ante la volatilidad, Oklesh cree que el sector hortofrutícola necesita soluciones proactivas y estructurales que mejoren la agilidad, reduzcan los residuos y aumenten la competitividad en el largo plazo.
1. Reforzar las asociaciones transfronterizas
La cadena de suministro de productos agrícolas en Norteamérica se ha construido a lo largo de décadas de cooperación entre productores, distribuidores y gobiernos. Abandonar esas relaciones socava la resistencia a largo plazo. "En lugar de retirarnos de esas relaciones, deberíamos tener una visión largoplacista y centrarnos en fortalecerlas".
Esto podría significar:
- Mejorar las prácticas poscosecha para reducir los residuos y maximizar el suministro comercializable, independientemente del origen.
- Invertir en innovaciones logísticas compartidas para reducir costes y mejorar la eficiencia.
- Desarrollar soluciones comerciales sostenibles que beneficien a los productores de varios países.
Las cadenas de suministro más fuertes no son las que se aíslan, sino las que encuentran la manera de evolucionar juntas.
2. Garantizar que las organizaciones estén preparadas para aprovechar la innovación
La resiliencia no solo tiene que ver con la procedencia de los productos; también tiene que ver con la eficiencia con la que los productos avanzan por el sistema. Corresponde a los líderes del sector alentar a sus organizaciones a buscar eficiencias y nuevas tecnologías que mejoren su forma de trabajar.
Cuando se producen interrupciones, es fundamental ser capaz de reevaluar rápidamente la infraestructura y los procesos existentes. "Lo que nos ha traído hasta aquí no nos llevará hasta allí. Y aquellas empresas que sean capaces de reaccionar ante un entorno cambiante —ya sean nuevas rutas de transporte, inversiones en su cadena de frío o la adopción de nuevas tecnologías— se diferenciarán de las demás". Algunas estrategias clave son:
- Garantizar que los procesos de toma de decisiones en torno a la evaluación de la innovación sean claros y eficaces.
- Buscar nuevas tecnologías que diferencien y aporten flexibilidad a los procesos, la cadena de suministro o la oferta de productos de la empresa.
- Modernizar la infraestructura integral de la cadena de frío para mejorar el control y el seguimiento.
- Explorar rutas o modalidades de envío alternativas para evitar cuellos de botella.
Por ejemplo, las recientes innovaciones en la optimización de las condiciones de transporte, como la mejora del control de la humedad y la temperatura, han aumentado la eficacia de los envíos de larga distancia. Junto con los avances en el embalaje de protección, estas soluciones ayudan a mantener la calidad de los productos, reducir las pérdidas y garantizar un suministro más constante, incluso en tiempos de incertidumbre.
3. Diversificar el suministro para reforzar la resistencia
Uno de los mayores riesgos en cualquier interrupción es la excesiva dependencia de un solo origen.
Cuando cambian las políticas comerciales o se interrumpen las cadenas de suministro, los compradores que dependen de una sola región corren el riesgo de sufrir escasez y subidas de precios. Los que tienen relaciones consolidadas con productores de varias regiones pueden hacer cambios con mayor facilidad, ajustando los pedidos sin tener que hacer grandes esfuerzos para buscar mercancías.
Por ejemplo, un retailer que se abastece principalmente de una sola región productora corre grandes riesgos si se aplican aranceles, si cambian las condiciones meteorológicas o si hay escasez de mano de obra. Sin embargo, las empresas con una red de proveedores diversificada que abarque varias regiones e importaciones cuidadosamente seleccionadas gozan de la flexibilidad necesaria para mantener el suministro de productos.
Una sólida estrategia de abastecimiento multirregional no solo sirve para gestionar los riesgos, sino que es una ventaja competitiva. Las empresas que prosperan en tiempos de incertidumbre no son las que mueven más volumen, sino las que son más capaces de adaptarse.
Más allá de las soluciones a corto plazo: una llamada a la resiliencia a largo plazo
La volatilidad del comercio no va a desaparecer, pero las empresas pueden elegir cómo responder. Algunas se centrarán en soluciones temporales, mientras que otras introducirán mejoras fundamentales que les permitan crecer, incluso en situaciones difíciles. "En lugar de actuar de manera reactiva, las empresas deben centrarse en construir una cadena de suministro ágil, eficiente y con capacidad de adaptación, que diversifique estratégicamente el abastecimiento, invierta en soluciones con visión de futuro y reduzca los residuos siempre que sea posible". El sector de las frutas y hortalizas siempre ha encontrado la manera de adaptarse, y ahora es el momento de hacerlo con intención.
Para más información:
Paul Oklesh
Verdant Technologies
[email protected]
www.verdant-tech.com
