Chiquita Brands ha anunciado un despido masivo de trabajadores en Panamá tras la prolongada huelga, que ha tenido paralizada la producción. Chiquita Panamá ha comunicado su decisión de despedir a todos los trabajadores temporales debido a un "abandono injustificado" de sus funciones. Estos trabajadores no tienen contratos indefinidos, sino que prestan sus servicios a la empresa solo durante los periodos de cosecha.
Chiquita no ha especificado el número de empleados afectados, pero el presidente panameño, José Raúl Mulino, había advertido de que 4.900 de los 7.000 puestos podrían estar en peligro si la huelga continuaba. Los trabajadores de la planta de Bocas del Toro iniciaron la huelga el 28 de abril en protesta por las reformas de las pensiones aprobadas recientemente por el Congreso. Esta acción provocó bloqueos en el transporte, interrupciones en la educación y escasez de combustible en la región.
Mulino, expresando su frustración, declaró en una rueda de prensa: "No sabemos cómo explicarles [a los sindicatos] el enorme daño que está causando su intransigencia".
El paro laboral, en el que también participaron trabajadores del sector de la construcción, surgió por el descontento con las nuevas políticas de pensiones. Chiquita Panamá ha destacado el grave impacto de la huelga, citando "al menos 75 millones de dólares" en pérdidas y "daños irreversibles" por lo que ha calificado de "abandono total" por parte de los trabajadores.
Un tribunal laboral ha declarado ilegal la huelga. Los representantes del Gobierno están dialogando con los sindicatos, que reclaman la reinstauración de condiciones más favorables en materia de pensiones y asistencia sanitaria.
Fuente: Le Monde