La empresa Chiquita Panamá, filial de la multinacional estadounidense Chiquita Brands, anunció este lunes la suspensión indefinida de todas sus actividades en la provincia panameña de Bocas del Toro debido a la huelga que mantienen sus trabajadores desde el pasado 28 de abril.
En un comunicado, la compañía informó que las labores de siembra, empaque, exportación y administración permanecerán detenidas "hasta nuevo aviso", al considerar "injustificada" la paralización de tareas y el "abandono total de las fincas bananeras", lo que, según afirmó, constituye una situación de fuerza mayor fuera de su control.
La empresa asegura haber acumulado pérdidas superiores a los 75 millones de dólares a raíz de la interrupción de sus operaciones, en el marco de una huelga que se suma a las movilizaciones de sindicatos docentes y obreros en rechazo a varias medidas gubernamentales, entre ellas una propuesta de reforma del sistema de seguridad social.
"La empresa lamenta el impacto negativo generado en los cientos de familias, los comercios locales y otros eslabones de la cadena de valor que dependen directamente del desarrollo estable de la industria bananera en Bocas del Toro", señaló la firma en el comunicado.
La semana pasada, Chiquita Panamá anunció el despido de cerca de 5.000 trabajadores involucrados en la huelga, tras la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno y el sindicato, y tras advertir que el abandono de las fincas había ocasionado "daños irreversibles en la producción".
Mientras tanto, en Costa Rica, el Gobierno celebró el retorno de Chiquita como cliente del puerto estatal en el Caribe, luego de la llegada de un buque con carga de importación y exportación. La empresa ya había operado en ese muelle en años anteriores.
Chiquita controla actualmente el 90% de la producción nacional de banano en Panamá. Según cifras oficiales, este producto se mantuvo en el primer trimestre de 2024 como el principal rubro de exportación del país, con ventas por 324,4 millones de dólares, el mayor valor registrado en los últimos quince años y equivalente al 17,5 % de las exportaciones totales.
Las protestas sociales en Panamá, iniciadas hace más de un mes, han incluido marchas y bloqueos intermitentes, algunos con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden. La situación más crítica se concentra en Bocas del Toro, región fronteriza con Costa Rica, cuya economía depende en gran medida del turismo y del sector bananero. Ante el agravamiento del conflicto, el gobierno de José Raúl Mulino evalúa la posibilidad de declarar el estado de emergencia en la zona.
Fuente: efe.com
