El sector agrícola marroquí ha crecido rápidamente en los últimos años, lo que ha suscitado preocupación por la insuficiencia de recursos, como el agua y la logística. Pero hoy por hoy hay otro tipo de escasez que no da tregua a los agricultores. En un momento en que la tasa de desempleo del país es del 13,3% y la de actividad del 43,5% (Alto Comisionado para la Planificación), y en que miles de trabajadores marroquíes se marchan cada año a explotaciones europeas, los productores marroquíes tiene problemas para movilizar mano de obra y dan la voz de alarma ante una crisis inminente, cuyos primeros signos ya son visibles.
© Comaprim
"La escasez de mano de obra se está volviendo más alarmante que la escasez hídrica"
La falta de mano de obra agrícola en Marruecos afecta sobre todo a los empleos estacionales. Los temporeros son vitales para labores como el tratamiento fitosanitario, el mantenimiento, la vigilancia, el aclareo y la recolección, todas ellas labores manuales esenciales y delicadas al tiempo. A medida que aumentan las superficies cultivadas y se apuesta por los cultivos de alto valor, hay decenas de miles de hectáreas en todo el país que necesitan simultáneamente una gran cantidad de mano de obra. Othmane Michbal, subdirector general de Domaines Zniber, resume la situación: "La escasez de mano de obra se ha convertido en un problema estructural que afecta a todas las regiones de Marruecos y repercute significativamente en la rentabilidad de diversos sectores. Hoy en día, la situación es tan grave que la mano de obra se encuentra a una distancia de entre 100 y 150 kilómetros de los centros de producción, a un coste elevado. El absentismo es galopante y perturba el buen funcionamiento de labores como la poda, el aclareo y la recolección. Por lo tanto, yo diría que la escasez de mano de obra se está volviendo más alarmante que la escasez hídrica".
Varios cultivos de Marruecos que requieren de labores intensivas no mecanizadas o no mecanizables se ven afectados por este creciente problema. Según Laraisse Esserrhini, directora de la Asociación Marroquí de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (APEFEL), los cultivos que actualmente corren mayor riesgo son las hortalizas (como tomates, pimientos y judías), los frutos rojos, los cítricos y las frutas de hueso. La falta de trabajadores afecta a todas las zonas agrícolas de Marruecos y abarca casi toda la temporada, de octubre a mayo.
© Domaines
La falta de trabajadores provoca pérdidas de volumen y mayores costes
Uno de los primeros sectores en mostrar síntomas de este problema es la producción de fresas, también uno de los cultivos más arduos para los recolectores. Debido a la falta de recursos humanos, muchos productores han reducido su superficie o la han abandonado en favor de frutas con menos necesidad de personal. Esto ha contribuido, entre otras razones, a una disminución de la superficie cultivada de 3.700 hectáreas en 2022 a 2.300 hectáreas en 2025. Amine Bennani, presidente de la Asociación Marroquí de Productores de Frutos Rojos, comenta: "Durante los periodos de máxima cosecha, que también coinciden con los de otras frutas, incluso un breve retraso en la cosecha puede traducirse en sobremaduración, exposición a las plagas y pérdidas significativas en calidad y volumen. Así ha sucedido en los últimos años, obligando a muchos productores a reducir su superficie o a abandonar el sector fresero. La disponibilidad de mano de obra es una grave amenaza, solo superada por el estrés hídrico".
Los productores de otros sectores, como el de los cítricos, denuncian problemas similares. Según Tariq Kabbage, presidente del Grupo Kabbage, las pérdidas relacionadas con la escasez de mano de obra en la citricultura nunca bajan del 15% de los volúmenes anuales, y eso solo durante la cosecha, por no hablar de los costes de contratación de mano de obra. "Se trata ya de un problema muy serio y estructural que hay que abordar. Las causas están muy arraigadas y vinculadas a cambios sociales importantes en nuestro país. No será fácil abordarlo", añade.
© mavoca
"Los sistemas de contratación de temporeros han cambiado radicalmente"
Hasta hace poco, no costaba contratar temporeros de Marruecos en un corto radio local, directamente por parte de los productores o a través de intermediarios locales, que a menudo participaban en el transporte de los trabajadores. Sin embargo, estos intermediarios han adquirido un papel y un alcance importantes en los últimos años. Muchos de ellos han creado empresas de trabajo temporal que contratan a gran parte de la mano de obra disponible en las principales regiones agrícolas, haciéndose indispensables, incluso inevitables. Al mismo tiempo, muchos de estos trabajadores se niegan a trabajar directamente con los productores.
Younes Razzouki, director de recursos humanos de Station Kabbage Souss, explica: "Los sistemas de contratación de temporeros han cambiado radicalmente desde la introducción de las ayudas sociales directas en 2021. Los trabajadores declarados en otro epígrafe de la seguridad social —en nuestro caso, la CNSS (institución de seguridad social para el sector privado)— están excluidos del programa de ayudas directas. Por eso, cada vez más trabajadores se niegan a darse de alta en la CNSS para seguir beneficiándose de la ayuda directa. Por supuesto, no podemos contratarlos, ya que estaríamos incurriendo en un incumplimiento de la ley y de las certificaciones sociales, como SMETA. No nos queda más remedio que recurrir a las empresas de trabajo temporal, que ahora controlan la disponibilidad y el flujo de trabajadores y suelen trabajar con los productores que hacen las ofertas más altas. Esto crea competencia entre regiones e industrias. Mientras algunos cultivadores pueden permitirse pagar de más por la mano de obra gracias al alto precio de mercado de sus productos, otros no pueden seguir el ritmo".
© Mavoca
Razzouki prosigue: "Este efecto secundario de las ayudas sociales directas se suma a otros problemas que estamos viendo, como que muchos trabajadores dan la espalda al sector agrícola o, francamente, carecen del empuje que conocemos de generaciones anteriores. Solo estoy describiendo la superficie de un problema social que debe ser investigado, y cuyos mecanismos de intervención, como las ayudas directas, deben ser reevaluados. No abogo por la eliminación de las ayudas sociales, sino por soluciones intermedias que permitan una ventana para que el trabajo estacional sea declarado a la CNSS. En cualquier caso, insistimos en llamar la atención sobre el deterioro de la situación, sobre todo teniendo en cuenta que el 70% de la mano de obra agrícola es estacional".
La vivienda como medio de atenuación propuesto
Amine Bennani está de acuerdo en señalar el efecto de las ayudas sociales directas sobre las opciones de los trabajadores. Y apunta: "Muchos trabajadores agrícolas se niegan a ser declarados a la CNSS, lo que pone a los productores en una situación difícil. Pero el problema es mucho más profundo. Diría incluso que hay una pérdida de motivación, que obliga a los productores a buscar mano de obra en un radio de 1.000 km en la región de Loukkos". La paradoja es evidente: cada año, 12.000 trabajadores de la misma región viajan a España para trabajar en los campos de fresas.
El representante de los productores de frutos rojos reconoce: "La asociación entre Marruecos y España en materia de trabajo estacional no nos molesta. Existe desde hace mucho tiempo y ha consolidado una mano de obra importante que está acostumbrada. Como productores competidores, también estamos acostumbrados. Sin embargo, es importante tener en cuenta que durante los periodos punta de la cosecha, los trabajadores agrícolas pueden ganar en Marruecos tanto como en España, o hasta tres o cuatro veces el salario mínimo marroquí. Sorprendentemente, muchos trabajadores prefieren una jornada laboral de tres horas en lugar de maximizar sus salarios y ayudarnos a evitar problemas de pérdida de cosechas".
Según Bennani, los productores españoles tienen una ventaja sobre sus homólogos marroquíes: la posibilidad de alojar a trabajadores de zonas remotas. "Sin duda hay gente que quiere trabajar, pero no podemos traerlos de lugares remotos porque las autoridades nos han prohibido construir complejos de alojamiento temporal hasta ahora. Los trabajadores que conseguimos contratar ya se desplazan cuatro horas al día, y no es posible ir más allá. Este es también uno de los principales factores que contribuyen a la crisis actual. Aquí, en Loukkos, estamos más afectados que en regiones como Souss-Massa, donde la presencia de una gran población de inmigrantes subsaharianos ha demostrado ser una solución paliativa".
© Domaines
La alternativa de la mano de obra extranjera
Muchos productores consideran que el recurso a la mano de obra extranjera, que actualmente adopta la forma de contratación de emigrantes de países subsaharianos que eligen Marruecos como destino o transitan por él en su viaje a Europa, es la única solución seria y sostenible. Un productor de tomates de Agadir, que habla bajo condición de anonimato, afirma: "El número de trabajadores de países subsaharianos en Souss-Massa es enorme, ¡alrededor de 17.000! Y son una tabla de salvación para el sector agrícola de la región. No me imagino a los productores prescindiendo de ellos; sería un callejón sin salida para muchas empresas".
Younes Razzouki está de acuerdo: "El experimento llevado a cabo en Souss-Massa ha demostrado su eficacia y éxito. Sin embargo, plantea muchos retos, desde establecer acuerdos adecuados con los países de origen hasta ofrecer a estos residentes unas condiciones de vida e integración pacíficas. Es otro gran reto social y jurídico, pero no veo otra alternativa para hacer frente a la escasez de mano de obra mientras la superficie sigue creciendo".
Con todo, los productores de la región de Souss-Massa no son inmunes a las consecuencias de la escasa disponibilidad de trabajadores agrícolas. En el sector del tomate y otros cultivos como el pimiento, la rotación de la mano de obra plantea otro problema importante. La prevención de la propagación de virus como el ToBRFV y la aplicación de estrictas medidas de cuarentena han sido hasta ahora los únicos medios de control, pero los agricultores se encuentran en una situación vulnerable cuando los trabajadores rotan entre varias explotaciones, convirtiéndose así en vectores de contaminación.
© BL
Las empresas de envasado no son inmunes a la escasez de mano de obra
Además de a los cultivos intensivos en mano de obra, la crisis afecta indirectamente a otros productores, así como a las empresas de envasado y a las plantas de congelación, sobre todo durante los periodos de mayor actividad. Un ejemplo es el sector del aguacate, en rápido crecimiento. Yassin Chaib, productor de aguacates de la región de Loukkos y director general de Mavoca, afirma: "No tenemos problemas durante la producción, pero en los dos últimos meses de la temporada perdemos la mitad de nuestra capacidad diaria de exportación porque muchos trabajadores locales se movilizan para cosechar arándanos o se dedican al congelado de fresas".
Asmaa Latnani, directora de ventas de BL Agri, un centro de envasado de Agadir, afirma que los envasadores y exportadores no están exentos de este problema. "La falta de mano de obra, ya sea en los centros de envasado o en los campos, es una de las principales preocupaciones actuales. Es un problema estructural que se agrava cada año, sobre todo en los periodos de mayor actividad. La temporada agrícola suele ir de octubre a julio, y alcanza su punto álgido en noviembre y diciembre. Es entonces cuando la escasez de mano de obra es más aguda. Coincide con el inicio de ciertos cultivos intensivos en mano de obra y de alto valor, como los frutos rojos. La elevada movilización de personal para estos cultivos repercute directamente en otros sectores agrícolas, que entonces se topan con dificultades para contratar a suficientes trabajadores para garantizar la cosecha y el envasado a tiempo".
La competitividad del origen marroquí, en entredicho
Es importante contextualizar, a riesgo de simplificar en exceso, que el crecimiento de las exportaciones marroquíes en los últimos años se debe en gran medida a la inflación post-COVID en el mercado europeo, que ha hecho que las frutas y hortalizas marroquíes sean muy apreciados por los consumidores. En Marruecos, la competitividad se consigue mediante unos costes laborales más bajos. Latnani manifiesta: "Para cumplir nuestros compromisos de recolección, transformación y entrega, a menudo tenemos que pagar por encima del precio de mercado para movilizar la mano de obra necesaria. Esto repercute significativamente en nuestros costes de explotación en el campo y en las plantas de envasado, pero no tenemos otra opción si queremos mantener la calidad y los plazos de entrega exigidos por nuestros clientes, especialmente para la exportación. En el contexto actual de escasez de recursos humanos, no trabajamos necesariamente por debajo de nuestra capacidad; sin embargo, tenemos que recurrir a soluciones costosas para mantenernos en la brecha, como pagar más por la mano de obra, ampliar la jornada laboral y movilizar recursos adicionales con muy poca antelación. Esto aumenta la presión sobre nuestros equipos y reduce nuestros márgenes. En última instancia, esta situación pone en entredicho la rentabilidad y competitividad de todo el sector".
© Oussama B
Por último, cabe señalar que la escasez de mano de obra en la agricultura también puede atribuirse al crecimiento de varios sectores en los últimos años, como la industria del automóvil, y el lanzamiento de grandes proyectos de construcción considerados prioritarios por los responsables de la toma de decisiones; en particular a la luz de los preparativos de Marruecos para acoger la Copa Mundial de 2030. Como afirma Laraisse Esserrhini, "actualmente hay muchos megaproyectos de construcción en infraestructuras y otras industrias por todo el país. Los esfuerzos de desarrollo están llegando a todas las regiones, movilizando tanto mano de obra especializada como no especializada. La competencia para conseguir mano de obra no es solo entre cultivos, sino también entre sectores económicos".
La cuestión laboral plantea interrogantes y debates tan antiguos como la historia sobre el reparto de valores y las condiciones de trabajo. Aquí se aborda desde el punto de vista del empleador y se limita a informar sobre el impacto en la producción. En palabras de Tariq Kabbage, "los productores deben cumplir sus compromisos con los clientes y consumidores, así como con los trabajadores. Hay formas de ganarse la lealtad de la mano de obra agrícola, empezando por soluciones urgentes relativas a las condiciones de seguridad durante el transporte y proporcionando unos ingresos justos durante todo el año, no solo en los periodos de mayor actividad". Younes Razzouki, por su parte, plantea la cuestión candente: "Las superficies y los volúmenes aumentan increíblemente, pero hay que detenerse y preguntarse: ¿quién va a cosecharlos?".
Para más información:
Othmane Michbal
Domaines Zniber
[email protected]
Esserrhini Laraisse
Asociación Marroquí de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (APEFEL)
[email protected]
Tariq Kabbage
Grupo Kabbage
[email protected]
Younes Razzouk
Estación Kabbage Souss
[email protected]
Amine Bennani
Asociación Marroquí de Productores de Frutos Rojos
[email protected]
Yassin Chaib
Mavoca
[email protected]
Asmaa Latnani
BL Agri
[email protected]