"Trabajamos dentro de un enfoque muy específico, centrado en mantener cadenas de suministro estables y controladas, con volúmenes y precios fijos para el retail europeo. Este modelo requiere una logística fluida, pero durante el primer semestre del año hemos enfrentado dificultades importantes, como retrasos en las rutas, falta de equipos en origen y congestión en puertos clave como Amberes y Róterdam", señala Jesús Valentín, CEO del Grupo Iren.
La empresa opera con filiales en varios países de América Latina —Colombia, Ecuador, Perú y República Dominicana— y mantiene un enfoque casi exclusivo en el banano orgánico, apostando por certificaciones de valor social y medioambiental como Comercio Justo y Naturland.
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Respecto a los países proveedores, Valentín explica que Colombia ha mantenido una producción estable, aunque con una leve baja a inicios de año. "Colombia entra con más fuerza en términos de volumen durante el segundo semestre", indica.
República Dominicana ha atravesado dificultades en su producción de banano orgánico en los últimos años, especialmente por problemas de calidad, lo que llevó a varios operadores a retirarse del origen. Sin embargo, Grupo Iren mantuvo su presencia, trabajando con productores locales que han logrado mejorar la calidad del producto. Actualmente, la empresa reporta una cadena de suministro más estable y una fruta que cumple con los estándares requeridos por el mercado europeo.
Ecuador representa un desafío particular. Aunque cuenta con un precio oficial para los contratos, el mercado spot ha mostrado fuertes alzas, sobre todo tras los problemas que está habiendo con la producción en Panamá. "Ese desvío de demanda está generando una presión tremenda sobre el mercado ecuatoriano, afectando la estabilidad del suministro", comenta. Aunque su empresa no opera en el mercado spot, estas dinámicas repercuten en todo el entorno comercial.
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Perú ha enfrentado una campaña complicada, con diversos factores que han afectado su capacidad de producción. A pesar de este contexto, Grupo Iren señala que ha logrado mantener cierta estabilidad en su suministro gracias al "trabajo continuo con los productores locales, enfocado en el seguimiento técnico y el control de calidad".
En cuanto al comportamiento de la demanda, Valentín observa una tendencia estable. "En nuestro nicho, no hemos visto grandes incrementos. Lo que sí aumenta cada año es la exigencia, tanto por parte del productor como de nuestros clientes, en cuanto a compromiso, transparencia y sostenibilidad. Por eso nos hemos especializado en certificaciones como Naturland, que refuerzan nuestro posicionamiento y nos permiten ofrecer un valor añadido real".
Grupo Iren no busca una expansión agresiva, sino fortalecer la calidad de su producción y servicio. "La empresa prioriza un crecimiento gradual, enfocado en consolidar las relaciones existentes con productores y clientes. El objetivo es fortalecer las estructuras ya establecidas, en lugar de expandirse rápidamente a nuevos mercados sin una base sólida, ofreciendo un valor diferencial".
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