La empresa holandesa VGE comenzó desinfectando agua de estanques y piscinas con tecnología UV‑C. Sin embargo, en los últimos años ha ampliado su campo de acción y ahora provee sistemas a gran escala para productores de bananas en América Latina. Según explica Ruud van de Ven, "la demanda es enorme, especialmente en Ecuador. Tratar el agua de riego con luz UV‑C permite prevenir infecciones en las plantaciones sin necesidad de recurrir a pesticidas ni productos químicos".
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Enfermedades altamente destructivas como el Fusarium R4T y el moko están causando estragos en los cultivos. El R4T es un hongo extremadamente resistente que se propaga a través del suelo, herramientas y agua. Una vez presente en una finca, puede permanecer activo en el suelo durante hasta 30 años, lo que prácticamente imposibilita volver a cultivar bananas en ese terreno, con consecuencias devastadoras.
"El moko, causado por la bacteria Ralstonia, representa otro gran riesgo. Se transmite con rapidez por el agua, el suelo y plantas infectadas, provocando la marchitez y muerte de las plantas. Las variedades Cavendish, al ser genéticamente idénticas, son particularmente vulnerables, lo que agrava aún más el problema. Si no se logra frenar la expansión de estas enfermedades, la producción mundial de bananas podría reducirse drásticamente, con consecuencias para millones de personas que dependen de este cultivo", comenta Van de Ven.
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Para hacer frente a esta amenaza, VGE ofrece sistemas UV‑C equipados con lámparas de baja presión. "Las ventajas son muchas: se eliminan los tratamientos químicos tradicionales, se puede utilizar el agua superficial y se reducen los costes asociados a la perforación de pozos. En una plantación estándar de 100 hectáreas en Ecuador, el riego es indispensable, sobre todo en la temporada seca, de junio a noviembre", enfatiza.
"Cada planta requiere unos 25 litros de agua al día. En una finca con aproximadamente 200.000 plantas, eso equivale a un consumo diario de 5.000 m³. A lo largo del año, se superan los 1,14 millones de metros cúbicos, concentrados en su mayoría en los meses con escasa lluvia. Si se trata y desinfecta el agua de riego, es posible utilizar el agua superficial y reducir drásticamente la dependencia de fuentes subterráneas", explica Van de Ven.
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"La desinfección del agua de riego es fundamental para frenar la propagación tanto del R4T como del moko, ya que ambas enfermedades se transmiten fácilmente por agua contaminada. Para proteger los cultivos —en especial las plantas Cavendish— es imprescindible tratar el agua y evitar la dispersión de estos patógenos. Además, estas enfermedades están mostrando una resistencia creciente a los pesticidas convencionales, lo que reduce su eficacia y obliga a los productores a recurrir a métodos alternativos", manifiesta.
"Entre esas soluciones destacan el tratamiento del agua con luz UV‑C, medidas estrictas de higiene y el uso de variedades más resistentes. La Universidad de Wageningen ha validado exhaustivamente la tecnología VGE Pro HortiGuard, que actualmente ya se utiliza con éxito en distintas partes del mundo. Gracias a esta tecnología, los productores pueden reducir considerablemente el riesgo de contagio, proteger sus cultivos y asegurar la sostenibilidad futura del cultivo de bananas a nivel global", señala Van de Ven.
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VGE colabora con socios locales para la instalación, mantenimiento y eventual reparación de los sistemas, además de ofrecer monitoreo remoto. "Nos distinguimos por ofrecer soluciones a medida. Calculamos todo junto con el cliente para asegurar un resultado fiable. Cada sistema se prueba en nuestras instalaciones antes de enviarlo, lo que garantiza su calidad. Además, el mantenimiento es muy accesible: por ejemplo, las lámparas UV se pueden sustituir sin necesidad de detener todo el sistema", concluye Van de Ven.
Para más información:
Ruud van de Ven
VGE
Nieuwe Eerdsebaan 26
5482 VS Schijndel (Países Bajos)
Tel.: +31 6 12381797
[email protected]
www.vgepro.com
