Un estudio publicado en la revista científica PLOS One concluye que consumir plátanos cultivados en la zona afectada por la erupción del volcán Tajogaite, en La Palma, es "seguro y saludable". Según la investigación, la ingesta máxima estimada de elementos potencialmente tóxicos en estos plátanos se mantuvo por debajo del 1% de la ingesta diaria tolerable (IDT), sin superar en ningún caso el 3%.
La erupción de 2021 provocó la pérdida de 53.000 toneladas de plátanos, el 50% de la producción local, vital para la economía de la isla. Ante la preocupación por posible contaminación por cenizas y magma, un equipo de investigadores españoles analizó muestras de plátanos tomadas en diferentes momentos: durante la erupción, tras su finalización y hasta un año después. También se tomaron muestras de otras islas del archipiélago para comparar.
Los resultados muestran que las concentraciones de minerales disminuyeron tras la erupción, y que el aumento en algunos elementos tóxicos estuvo relacionado con la deposición de material piroclástico y cenizas en el suelo. Sin embargo, estos niveles se encuentran muy por debajo de los que podrían representar un riesgo para la salud humana.
Pablo Gago Ferrero, científico del IDAEA-CSIC y profesor invitado en la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU), destacó la solidez del estudio y el uso de espectrometría de masas para cuantificar elementos esenciales y tóxicos, incluyendo tierras raras poco estudiadas en contextos volcánicos. Añadió que el trabajo aporta un contexto amplio al comparar diferentes momentos y zonas geográficas.
El mensaje para los consumidores es claro: los plátanos de La Palma siguen siendo seguros y nutritivos. No obstante, el estudio resalta la importancia de mantener una vigilancia constante en cultivos de regiones volcánicas para detectar posibles cambios en la composición química del suelo y del aire tras eventos extremos.
Fuente: eldiario.es