La promulgación de aranceles estadounidenses del 50% sobre varios productos brasileños, incluidos los agrícolas, suscita preocupación por el aumento de la competencia en el mercado nacional de frutas y hortalizas de Brasil. Los analistas señalan que la medida podría provocar una bajada de los precios al consumidor y una reducción de los márgenes de los productores.
Según Valeska Ciré, representante de la IFPA en Brasil, el sector está "observando, con la expectativa de dialogar". Explica que, aunque los exportadores busquen nuevos mercados, la reasignación de los contenedores destinados originalmente a EE. UU. es compleja, y es probable que los márgenes de los productores se reduzcan de inmediato. "El aumento de la oferta podría dar lugar a una mayor competencia y a una caída de los precios, y penalizará a los productores", afirmó durante The Brazil Conference & Expo, celebrada los días 6 y 7 de agosto en São Paulo.
La IFPA cuenta con 3.000 miembros en todo el mundo y 160 empresas en Brasil, de pequeño a gran tamaño, entre las que figuran productores de mangos, uvas, melones, fresas y manzanas. Ciré señala que todos se verán afectados por los cambios arancelarios.
De los 1.300 millones de dólares exportados por Agrícola Famosa en 2024, EE. UU. representó alrededor del 12%, unos 140 millones de dólares. El principal mercado de la empresa es Europa, que absorbe el 70% de la producción. Aun así, los efectos del aumento de los aranceles son preocupantes, afirma Luiz Roberto Barcelos, socio fundador. "Es un volumen importante; el precio caerá inevitablemente".
Barcelos dice que los importadores estadounidenses están aceptando márgenes más bajos mientras trasladan parte del aumento de costes a los consumidores. Algunos exportadores brasileños, añade, también están dispuestos a reducir sus propios márgenes. Sin embargo, se espera que la subida de precios en EE. UU. frene el consumo y aumente las importaciones de otros proveedores, como Ecuador y Perú. Si se mantienen los aranceles, es probable que disminuya la producción nacional. "Los que pagarán el precio son los productores brasileños, los importadores y los consumidores norteamericanos", afirma Barcelos.
Describe la apertura de nuevos mercados como un proceso a largo plazo. "Tardamos siete años en enviar melones a China, y cuatro años en enviar uvas. Es posible abrir nuevos mercados, pero ninguno de ellos nos llevará menos de dos años. Esta solución no tendrá ningún efecto sobre los mangos que ya están en el árbol esperando a ser cosechados hoy".
Ciré también pide campañas para impulsar el consumo interno, señalando que Brasil consume actualmente tan solo un tercio de la cantidad de frutas y verduras recomendada por la Organización Mundial de la Salud. "Una mayor demanda interna crearía un gran mercado interno, que absorbería el aumento de la oferta", apunta.
Fuente: Abrafrutas