En los últimos años, Moldavia ha visto aumentar considerablemente sus exportaciones a la Unión Europea. "El cambio hacia el mercado de la UE ha sido profundo: en 2013, el 46,8% de las exportaciones moldavas iban a la UE, pero hoy esa cifra asciende al 67,3%, y los países de la CEI solo reciben el 6,8%", declaró Doina Nistor, viceprimer ministro y ministro de Desarrollo Económico y Digitalización, a la agencia estatal de noticias Moldpres a principios de agosto.
Su sector frutícola emerge como una de las industrias de exportación más competitivas del país, impulsado por políticas gubernamentales estratégicas y la profundización de los lazos comerciales con la Unión Europea. Un factor clave de esta transformación ha sido la aplicación del acuerdo de libre comercio de alcance amplio y profundo (DCFTA, por sus siglas en inglés) en 2016, seguido de medidas adicionales de liberalización del comercio, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.
A finales de julio, la UE anunció que ampliaba el acceso de los productos moldavos al mercado comunitario, ofreciendo mayores cuotas para ciruelas, manzanas, uvas de mesa y cerezas, al tiempo que liberalizaba totalmente las exportaciones de zumo de uva, tomates y ajo.
El sector frutícola ha sido uno de los más destacados. En 2023, Moldavia se convirtió en el primer proveedor de ciruelas de la UE. Los volúmenes de ciruelas fueron 3,7 veces superiores a su cuota anterior, y las cerezas superaron regularmente sus límites anteriores incluso en años climáticamente difíciles. Las exportaciones de uva de mesa aumentaron de 15.793 toneladas en 2021 a 33.415 toneladas en 2024, mientras que el valor de las exportaciones se triplicó con creces. Las exportaciones de manzanas se dispararon de poco más de 1.000 toneladas a casi 25.000 toneladas en el mismo periodo.
Este crecimiento refleja tanto la demanda del mercado como la preparación de los productores moldavos para producir a gran escala. El sector hortícola se está modernizando, con importantes inversiones en nuevas plantaciones y variedades de alto rendimiento. Para 2027, el sector aspira a añadir 450 hectáreas de manzanos, 360 hectáreas de cerezos y 350 hectáreas de ciruelos.
Los programas gubernamentales ofrecen subvenciones, financiación y asistencia técnica para garantizar que los productores cumplen las normas de la UE sobre seguridad alimentaria, trazabilidad y reducción de pesticidas. Estas inversiones también se centran en las infraestructuras postcosecha, el envasado y la logística, ayudando a las frutas moldavas a mantener su calidad durante el transporte de larga distancia. Las inversiones en innovación condujeron a la creación de Agrotek Park, el primer parque universitario de investigación en agricultura inteligente y tecnología alimentaria, en el campus de la UTM en Mircești.
Al alinearse con las normas europeas e impulsar la capacidad de producción, Moldavia se está posicionando como un proveedor fiable de frutas de temporada de alta calidad para países como Alemania, Francia, Polonia, Rumanía y los mercados nórdicos, donde la demanda de productos ecológicos es alta.
Fuente: Moldpres