Granada se consolida como la provincia andaluza que más ha ampliado su superficie de almendro, sumando 4.296 hectáreas nuevas —3.888 en secano y 408 en regadío—, especialmente en las comarcas del norte. Sin embargo, la campaña 2025 se perfila irregular: mientras en el norte se esperan resultados similares o ligeramente superiores a la pasada temporada, en el sur se prevén descensos de entre el 20% y el 30%.
Entre los factores que explican esta caída destacan las lluvias tardías tras años de sequía, el viento intenso que dificultó la polinización, las granizadas del 15 de abril y la incidencia de la plaga de la avispilla del almendro, que afectó especialmente a variedades de cáscara blanda y brotación tardía en las comarcas de Baza y Huéscar.
El precio de la almendra añade presión al sector, situándose actualmente en el límite de la rentabilidad, con costes de producción de entre 5 y 6 euros por kilo. Según Nicolás Chica Escanes, secretario general de UPA Granada, los agricultores locales compiten en desventaja frente a países como Estados Unidos, primer productor y exportador mundial, que cuenta con explotaciones intensivas, abundante agua y un uso más extensivo de fitosanitarios, logrando mayores rendimientos a menor coste.
Además, existe una desventaja arancelaria: las almendras españolas pagan un 15% de aranceles en Estados Unidos, mientras que las almendras americanas tributan solo un 2,5% en Europa. Esta situación, combinada con la sobreoferta global, amenaza con una nueva caída de precios.
Pese a los desafíos, Chica Escanes destaca la calidad, seguridad y trazabilidad de la almendra granadina y española, frente a productos de otros orígenes con normativas menos exigentes. "El almendro es un cultivo estratégico para Granada, especialmente en el norte, donde contribuye al mantenimiento de la población y al desarrollo económico de las comarcas rurales. Sin embargo, necesitamos precios justos y reglas de competencia equilibradas para garantizar el futuro de nuestros agricultores", concluye.
Fuente: infoagro.com