Entre enero y julio de 2025, el sector agroexportador mexicano vivió una situación contradictoria: mientras aumentaron las toneladas exportadas, los ingresos se redujeron. Según datos oficiales, se enviaron 6.87 millones de toneladas de frutas y hortalizas, un 0,7% más que en el mismo periodo de 2024. Sin embargo, el valor de estas ventas descendió 2,5%, con un total de 9.811 millones de dólares.
El resultado refleja la caída de precios en mercados internacionales, especialmente en productos de gran volumen como el tomate rojo y las berries. Estos cultivos sostuvieron el crecimiento en toneladas, pero sin lograr mantener la rentabilidad.
Las hortalizas encabezaron los envíos al exterior con 4,36 millones de toneladas, un incremento del 1,1%. A pesar de ello, el valor retrocedió 7,8%, hasta 3.409 millones de dólares. El ajuste se explica principalmente por la baja en las cotizaciones de productos clave como tomate y cebolla.
En el caso de las frutas, el volumen se mantuvo estable con 2,5 millones de toneladas, mientras que el valor registró un avance marginal del 0,6%, sumando 6.402 millones de dólares.
El tomate rojo, producto emblemático de las exportaciones mexicanas, mantuvo su volumen en 1,1 millones de toneladas, pero su valor cayó 4,9%.
Las berries mostraron un comportamiento similar: aunque crecieron 4,9% en volumen, sus ingresos bajaron 11,7%. Dentro del grupo, la fresa retrocedió 8,4% y la cebolla tuvo la caída más fuerte, con un 19,7%.
Algunos cultivos escaparon a la tendencia negativa. La piña duplicó su volumen exportado y logró un aumento del 76,7% en valor. El aguacate, pese a una reducción en toneladas, incrementó sus ingresos en 12,9%. La sandía también mostró resultados positivos, con un alza del 8,3% en valor.
Analistas advierten que la situación refleja una vulnerabilidad estructural: el campo mexicano depende en exceso de los precios internacionales y carece de mecanismos sólidos para generar mayor valor agregado o diversificar destinos. "La clave no es solo exportar más, sino exportar mejor", señalaron especialistas del sector agroalimentario.
El desempeño del cierre de año dependerá del comportamiento de los precios globales, la apertura de nuevos mercados y la capacidad del sector para avanzar en innovación, empaquetado y diferenciación de productos.
Fuente: notigram.com