Florida, históricamente el principal productor de naranjas de Estados Unidos, ha triplicado sus importaciones de zumo desde Brasil y México en los últimos años para compensar una caída histórica de su producción, afectada por plagas, desastres naturales y expansión urbana.
Durante el pasado año fiscal, el estado importó más de 1.500 millones de litros de zumo de naranja, frente a los cerca de 500 millones de litros entre 2020 y 2021, según el Departamento de Cítricos de Florida. Brasil y México cubren hasta el 90% del suministro a procesadores estadounidenses.
La producción local se ha desplomado más del 92% en dos décadas. Este año, Florida estima producir 15 millones de cajas de naranjas, muy lejos de las 240 millones de 2004. La enfermedad Huanglongbing, transmitida por el psílido asiático del cítrico, afecta casi todos los naranjos del estado y reduce la dulzura de los frutos.
Los huracanes Ian, Milton e Irma y la presión inmobiliaria han acelerado el declive: desde 2004, las hectáreas destinadas a naranjas han caído un 65%. Empresas como Alico han vendido tierras para desarrollos urbanos, mientras que condados tradicionalmente naranjeros ceden espacio a urbanizaciones.
El Gobierno de EE. UU. busca mitigar la crisis con ajustes en los niveles de azúcar del zumo pasteurizado y ha destinado más de 100 millones de dólares a investigación y recuperación del sector. Los aranceles al zumo importado de Brasil, vigentes desde 1987, no se han incrementado pese a recientes tensiones políticas para evitar encarecer aún más el producto.
El precio de los futuros del zumo de naranja concentrado se ha disparado: de 0,9 dólares por libra de sólidos en julio de 2019 a 4,35 dólares en julio de 2024, reflejando la presión sobre el mercado global ante la caída de la producción floridana.
Fuente: holanews.com
