Tolsma-Grisnich, empresa especializada en sistemas de almacenamiento y procesado de patatas, cebollas y zanahorias, ha inaugurado oficialmente su nuevo complejo en la localidad holandesa de Emmeloord. Con una superficie de 18.500 m², esta mudanza supone un paso decisivo en su estrategia de crecimiento y modernización.
© Tolsma-Grisnich
La apertura tuvo lugar el pasado viernes 5 de septiembre y se celebró por todo lo alto junto a clientes, proveedores, empleados y colaboradores. Según Jan van Maldegem, representante de la compañía, fue "una auténtica fiesta". "Nos trasladamos hace apenas tres semanas y todo tenía que estar listo a tiempo, y lo conseguimos. Hubo discursos —incluido el del alcalde— y una velada festiva con unas 1.500 personas. Al día siguiente, durante la jornada de puertas abiertas, entre 6.000 y 7.000 visitantes se acercaron a conocer las nuevas instalaciones. Fue un fin de semana inolvidable", comenta.
Todo bajo un mismo techo
Hasta ahora, la empresa operaba desde varias ubicaciones dispersas y con edificios ya obsoletos. "Alquilábamos espacios en distintos puntos de Emmeloord", explica Van Maldegem. "Ahora, al reunir todas las áreas —desde ingeniería hasta dirección de proyectos— trabajamos de manera mucho más eficiente. Seguimos centrados en nuestras dos líneas principales, almacenamiento y procesado, pero con una sinergia mucho mayor", relata Van Maldegem.
Un centro de producción e innovación
El nuevo complejo cuenta con 16.000 m² de superficie productiva y 2.500 m² de oficinas. Dispone de espacios modernos de trabajo, áreas de pruebas para instalaciones completas y laboratorios específicos de I+D. "Podemos ensayar líneas enteras de procesado antes de enviarlas al cliente. Eso evita errores y se traduce en ahorro de tiempo y en mayor calidad", señala Van Maldegem.
Sostenibilidad como pilar
La sostenibilidad ha sido clave en el diseño. El edificio incorpora bombas de calor, calefacción por suelo radiante en la fábrica, acristalamiento aislante de alta calidad y oficinas orientadas al norte para reducir la radiación solar. Además, la compañía se vio obligada a crear su propia solución energética ante la falta de capacidad en la red local: "Hemos instalado un sistema propio con baterías, un generador y 1.200 paneles solares. Fue una necesidad, pero al mismo tiempo nos hace mucho más sostenibles".
Logística más ágil y fiable
Uno de los grandes beneficios del traslado es el salto logístico. "Queremos acortar plazos y aumentar la fiabilidad en las entregas", afirma Van Maldegem. "Antes teníamos que recoger materiales en distintos puntos de la ciudad; ahora cargamos y descargamos camiones directamente en la nave. Eso ahorra tiempo, reduce errores y, en un sector tan estacional como el nuestro, es vital".
Las nuevas instalaciones también suponen un aliciente para los trabajadores. "Las condiciones laborales han mejorado enormemente y eso nos ayuda a atraer nuevo talento, algo crucial en el sector técnico", prosigue.
Ambición internacional
Con este proyecto, Tolsma-Grisnich aspira a consolidar su posición en Europa y crecer en mercados como Norteamérica, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, donde el cultivo de patata sigue en expansión. "Nuestro objetivo es aumentar la facturación manteniendo una plantilla similar, gracias a una mayor eficiencia", apunta Van Maldegem.
Para más información:
Jan van Maldegem
Tolsma-Grisnich
Tel.: +31 (0)527 63 64 65 (Países Bajos)
[email protected]
www.tolsmagrisnich.com
