El mercado asiático, y en particular China, se ha convertido en un destino estratégico para el banano ecuatoriano, que enfrenta un panorama marcado por una oferta global limitada, consumidores cada vez más exigentes y precios sostenidos en niveles históricamente altos. La reducción progresiva de aranceles gracias al acuerdo comercial con China ha permitido a Ecuador ganar terreno en un mercado altamente competitivo, mientras productores y exportadores buscan adaptarse a las preferencias del consumidor asiático y a las variaciones en los volúmenes de producción.
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En conversación con Sandra Monroy, representante de Frutadeli, se destaca que la compañía ha experimentado un crecimiento superior al 100% en ventas en el último año, trabajando estrechamente con Good Farmer, el principal importador de banano en China. "Hemos llegado a ser prácticamente el volumen más grande para ellos desde Ecuador, alcanzando más de 100 contenedores semanales", subraya Monroy.
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El contexto, sin embargo, no está exento de retos significativos. La inestabilidad climática ha impactado la producción agrícola global, provocando escasez de fruta y alterando los ciclos tradicionales de cosecha. "El 2025 ha sido atípico: históricamente el verano es una temporada de menor consumo y precios bajos, pero este año los precios no han bajado. Es como si todo el año hubiese sido temporada alta de demanda de banano", comenta Monroy, reflejando un cambio estructural en el mercado.
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China, tradicionalmente abastecida por Filipinas, demanda una calidad superior en términos de dulzura, presentación y empaque. Mientras Ecuador ha trabajado históricamente con envíos en clusters, el mercado chino prefiere las presentaciones en "manos" y formatos premium, ya que el banano es percibido allí como un producto apto para regalo. "El proceso de adaptación es complejo, requiere tiempo y cambios profundos en la cadena de empaque, pero China consume todo, y la oportunidad es enorme", explica Monroy.
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A pesar de la competencia y las dificultades, Ecuador mantiene una ventaja estratégica: la disponibilidad de banano durante todo el año, lo que lo convierte en un socio confiable para compradores internacionales en un escenario de escasez global. Además, el tratado comercial que reducirá los aranceles a cero en los próximos años refuerza aún más esta posición.
"Queremos entrar al mercado chino para quedarnos, porque con 1.400 millones de habitantes, vale la pena estar", concluye Monroy, dejando claro que el objetivo es construir relaciones comerciales sostenibles y de largo plazo.
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Sandra Monroy
Frutadeli
Ecuador
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