Durante la primera mitad de 2025, la producción de aguacate en México muestra una tendencia positiva respecto al año anterior. Así lo explica Salvador Miranda Aguilar, gerente general de Grupo Sanell, quien señala que las lluvias han sido favorables, lo que se traduce en mayores volúmenes y una mejor disponibilidad de calibres grandes.
"Este año se espera más fruta que en 2024, cuando la falta de lluvias redujo la oferta y elevó los precios, restando competitividad en mercados como Europa", comenta Miranda. Actualmente, la producción mexicana se encuentra en un periodo de transición, en el que aún conviven los últimos lotes de la temporada anterior con la fruta de la nueva floración, que ya alcanza niveles de materia seca adecuados para el consumo interno y algunos destinos internacionales.
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En el plano comercial, el mercado estadounidense continúa siendo el principal destino, aunque con una presión de precios significativa. "Aún hay aguacates de Perú y California en el mercado, lo que genera una fuerte competencia y mantiene los precios más bajos que en otros años", explica el directivo.
Una particularidad de este 2025 es que la diferencia entre los precios de exportación a Estados Unidos y los del mercado nacional prácticamente se ha reducido al mínimo. "Otros años había un margen más amplio, pero en este momento los valores se están igualando. Mandar fruta al extranjero o venderla localmente es casi lo mismo en términos de precio", señala.
En México, el consumo interno sigue absorbiendo una parte importante de la producción. Además, mercados de Centroamérica como Honduras y El Salvador también reciben aguacate mexicano en determinadas ventanas, aunque de manera estacional.
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El interés por diversificar destinos continúa, y Europa aparece como una alternativa con mayor atractivo este año. La mayor disponibilidad de calibres y precios más flexibles abren posibilidades, aunque Miranda advierte de un reto clave, las certificaciones.
"Durante los últimos dos años, cuando Europa no fue un mercado rentable, muchos productores y empacadores no renovaron certificaciones exigidas en temas sociales y de cadena de custodia. Como Estados Unidos y el mercado nacional no las requieren, se dejó de lado ese proceso. Ahora que Europa vuelve a ser una opción, se complica retomar las exportaciones sin esas acreditaciones", explica.
Este factor limita la capacidad de respuesta inmediata para aprovechar la coyuntura, ya que la reactivación de certificaciones requiere tiempo e inversión.
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Más allá de las certificaciones, la proximidad geográfica continúa siendo la principal fortaleza de México frente a otros orígenes. Los menores tiempos de tránsito y costos logísticos, junto con menores restricciones en Estados Unidos, consolidan a ese país y al mercado nacional como los destinos más estables para la industria.
"Europa impone exigencias más estrictas en residuos y certificaciones sociales, mientras que Estados Unidos ofrece un acceso más directo y menos costoso", afirma Miranda.
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Salvador Miranda Aguilar
Grupo Sanell
Michoacán - México
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