España: Chirimoya, sabor andaluz exportado a todo el mundo
Zona de producción
El área de cultivo de la Chirimoya de la Costa Tropical de Granada y Málaga está formado por los términos municipales granadinos de: Motril, Vélez de Benaudalla, Los Guájares, Itrabo, Molvízar, Salobreña, Almuñécar, Jete, Lentejí y Otívar. Por parte de Málaga están: Nerja, Frigiliana, Torrox, Algarrobo y Vélez-Málaga.
La estructura de la explotación agrícola de la chirimoya en la región presenta un carácter principalmente familiar y es que más de un 90 por ciento de las explotaciones cuenta con menos de cinco hectáreas, lo que le da un rango de minifundio, típico en el sector tropical.
La zona se define por poseer un clima mediterráneo subtropical. En él, las características topográficas del lugar son particulares, ya que presenta una franja costera sobre la que se alinea de forma paralela un sistema montañoso a 25 kilómetros del litoral, el cual forma valles encajados sobre los cuales se cultiva el chirimoyo, árbol de la chirimoya. Estas cualidades microclimáticas subtropicales necesarias para el cultivo del chirimoyo son únicas en Europa.
Mercado
El principal mercado de la chirimoya es Andalucía, dentro de ésta, Málaga, Cádiz, Sevilla, Granada y Jaén, son las que tienen un mayor consumo del fruto. Fuera de Andalucía, Madrid ocupa el primer lugar a nivel nacional, mientras que el mercado comunitario ha aumentado considerablemente en los últimos años, sobre todo en países como Reino Unido, Países Bajos y Alemania.
No hay que dejar pasar la ocasión para recordar que más del 75 por ciento de la producción mundial de la chirimoya procede de estas tierras andaluzas. Asimismo, la investigación de esta fruta subtropical, que desarrolla la Estación Experimental La Mayora (Málaga), apuesta por un buen futuro para el producto y la zona de elaboración, que favorecerá el aumento de la comercialización internacional, así como el incremento de la promoción nacional.
Características
Los frutos de la Denominación de Origen Chirimoya Costa Tropical de Granada y Málaga disfrutan de un buen tamaño, ya que su peso medio oscila entre los 150 y los 600 gramos.
El color de su piel es claro, siendo las tonalidades predominantes las verdáceas pálidas, mientras que el grosor es relativamente importante, lo que supone una gran ventaja para su comercialización ya que soporta condiciones más extremas en la distribución. Su apariencia suele presentar, además, formas acorazonadas o ligeramente arriñonadas.
Su cosecha se realiza desde mediados de septiembre hasta mediados de mayo y presenta frutos con gran cantidad de azúcares solubles, y semillas encamisadas, esto es, encerradas en cada carpelo, y no pueden ser desprendidas directamente de la pulpa.
En cuanto al sabor, puede decirse que cuando la pulpa se encuentra en un estado óptimo de maduración es muy dulce, pero a su vez también tiene una relación equilibrada con el sabor subácido.
Desde la DO en todo momento se busca garantizar la mayor calidad del producto, por eso siempre se está pendiente de que las chirimoyas estén enteras, exentas de deterioros, limpias, con aspecto fresco, etc. Para que cuando llegue al consumidor el resultado final sea lo más satisfactorio posible.
Fuente: Diariodigitalagrario
