Este tipo de alergias no son fáciles de identificar. "Algunas personas que son alérgicas pueden pensar simplemente que no les gustan las manzanas, pues tienen una reacción muy leve después de comerlas", explica Eric van de Weg, científico botánico de la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos. "Pero a otros les salen ampollas, tienen problemas para respirar y se les hinchan los labios, la lengua y la garganta". Él es uno de los científicos que trabajan en Europa para desarrollar una fruta que no produzca alergia. "Queríamos incrementar la baja disponibilidad de frutas no alergénicas, pero también adquirir un mejor conocimiento de los genes y proteínas implicados", añade van de Weg. Una solución, probada en un proyecto europeo anterior llamado ISAFRUIT, era modificar genéticamente las manzanas.
Esto se llevó a cabo mediante el silenciamiento génico, diseñado para producir una fruta modificada genéticamente (MG). Los científicos identificaron las proteínas causantes de las reacciones alérgicas y desactivaron los genes que las contenían. Aunque van de Weg utilizó algún material genético fúngico para los experimentos iniciales con las manzanas, cree que los genes podrían desactivarse empleando solamente la genética de la manzana sin la participación de ninguna otra especie en el proceso de ingeniería genética. "Cuando se silencia un gen, no se crea una proteína nueva, por lo que los riesgos son menores", señala van de Weg.
El problema con el proyecto es el mismo que con otros ensayos de modificación genética: existe una gran parte del público que, por el momento, no está dispuesto a consumir alimentos modificados genéticamente.
Sin embargo, la reducción de alérgenos en la cadena alimentaria es muy importante, como afirma Lynn Frewer, experta en comunicación de riesgos en la Universidad de Newcastle, Reino Unido. Los estudios en los que participó, sugerían que las manzanas no alergénicas podrían no abrir la puerta a las frutas MG en nuestros supermercados. "A pesar de que los consumidores (y en particular los que sufrían alergias alimentarias) se mostraron más positivos respecto a la manzana MG, todavía había una clara preferencia por los métodos tradicionales de cultivo aplicados al mismo fin si cabía la posibilidad, incluso en el caso de los consumidores alérgicos", recuerda.
"Existen cientos de variedades de manzanas ya disponibles", señala Allessandro Botton, genetista vegetal en la Universidad de Padua, Italia, y algunas de ellas pueden contener respuestas. Por ejemplo, se sabe que las variedades de manzana como la Golden Delicious y la Granny Smith se encuentran entre las más alergénicas, mientras que la Jonagold y la Gloster solo provocan reacciones alérgicas leves.
Botton, quien trabajó en la genética de los alérgenos de la fruta en el proyecto, dice que es posible centrarse en la variabilidad biológica existente para buscar manzanas hipoalergénicas, y opina que todavía no ha llegado el momento de pensar en técnicas de silenciamiento de genes. "Tenemos que entender las funciones biológicas de estas proteínas", explica, y añade que no se conocen con seguridad los efectos que podría tener en la salud del vegetal el silenciamiento de genes.
Por ahora, van de Weg no tiene planes para cultivar manzanas no alergénicas en Europa, pero ahora existe la posibilidad de usar la ingeniería genética para producir tales frutas. "Tenemos un conocimiento básico suficiente", dice, "pero si la sociedad quiere ir o no en esa dirección, es otro tema".
Fuente: cordis.europa.eu