Incluso en las personas que fumaban tabaco —la principal causa del cáncer de pulmón—, los investigadores descubrieron que el ajo parecía reducir el riesgo en torno a un 30 por ciento.
En la investigación más reciente, los científicos del Centro Provincial Jiangsu para el Control y la Prevención de Enfermedades compararon 1424 pacientes de cáncer de pulmón con 4500 adultos sanos. A cada uno de ellos se les realizó un cuestionario sobre sus hábitos de alimentación y estilo de vida, incluido la frecuencia con que consumían ajo y si eran fumadores.
Los resultados, publicados en la red en la revista Cancer Prevention Research, mostraron que aquellos que consumían ajo crudo al menos dos veces a la semana eran sustancialmente menos propensos a padecer cáncer de pulmón, incluso si fumaban o estaban expuestos a los humos de aceites de cocina a alta temperatura, considerados otra causa de la enfermedad.
No está claro si el ajo cocinado tendría el mismo efecto.
Investigaciones anteriores sugieren que el ingrediente clave parece ser una sustancia química llamada alicina, que se libera cuando el diente de ajo se aplasta o trocea. Se cree que reduce la inflamación del organismo y que actúa como antioxidante, reduciendo así los daños que los denominados radicales libres causan a las células de nuestro cuerpo.
Fuente: www.dailymail.co.uk