El ministerio asegura que el hongo, que solo se encontró en esos envíos, representa una amenaza para la seguridad alimentaria y se le ha seguido la pista hasta un reducido número de productores y plantas de embalaje, cuyas actividades de exportación China ha solicitado que se suspendan. "La industria neozelandesa nos ha informado de que, debido a la detección de pudrimiento —y teniendo en cuenta que la temporada de exportación de la manzana casi ha finalizado—, ha suspendido de forma voluntaria todas las exportaciones a China para el resto de la temporada", declaraba el Ministerio de Industrias Primarias en un comunicado.
El hallazgo del hongo es el último contratiempo de las exportaciones de alimentos a China desde Nueva Zelanda, que en lo que llevamos de año ha visto cómo se prohibían sus productos lácteos por los altos niveles de nitratos y una posible contaminación por botulismo, y el retraso de las importaciones cárnicas debido a una confusión con los certificados de exportación.
Las manzanas de Nueva Zelanda se cosechan desde febrero hasta abril y se conservan en frío hasta que se venden cuando los mercados de exportación se han quedado sin provisiones locales.
Las exportaciones de manzanas a China estuvieron valoradas en alrededor de 15 millones de dólares neozelandeses (9,15 millones de euros) el año pasado, pero tienen un fuerte potencial de crecimiento.
China es el segundo mayor mercado de exportación de Nueva Zelanda, y un importante comprador de productos agrícolas, en especial productos lácteos, siendo Fonterra Co-operative Ltd un importante proveedor de leche en polvo, el ingrediente principal para los sucedáneos de la leche materna.
Fuente: reuters.com