A los habitantes de la ciudad les encanta comer sus verduras cultivadas en casa tanto como cualquier otra persona, pero éstas no son siempre más saludables que las de los supermercados, ya que a menudo las verduras que se cultivan cerca de carreteras muy transitadas están contaminadas con metales pesados tales como plomo, cadmio o mercurio. Ina Säumel, Biólogo de la Universidad Técnica de Berlín lo ha demostrado. En ciudades con mucho tráfico, los límites de plomo de la UE se superaron en un 60% de las muestras –incluso a veces, con residuos de la gasolina.
No obstante, las verduras que no se cultivan cerca de la calle no siempre son inofensivas, según el estudio realizado por el programa 'Amt für Umwelt' en Freiburg. "9 de cada 27 muestras de suelo contienen cantidades significativas de metales pesados. En otras dos muestras los niveles de plomo fueron tan altos que los huertos tuvieron que ser arrancados", dice Barbara Gfeller, Jefe del estudio.
La contaminación no sólo se debe al dióxido de carbono que emite el tráfico y las industrias. "El uso de la tierra tiene mucha más influencia que su ubicación", dice el experto. Muchos jardineros aficionados ponen estas sustancias peligrosas en el suelo como en el pasado. Por ejemplo, con el uso inadecuado de abono o mediante la difusión de cenizas contaminadas.
Quien quiera sólo lo mejor en verduras, se le recomienda ponerse en contacto con una organización especializada en la protección del suelo.