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Italia ya no es líder en el mercado de la uva de mesa

Apulia es la región principal de Europa para las uvas de mesa. Sus empresas producen uvas tradicionales y rojas y negras sin semillas de alta calidad con excelentes cualidades organolépticas.

Sin embargo, este año, el hecho de que la producción se haya incrementado en España, Grecia e Italia, además de la caída de entre el 3 y el 4 por ciento en el consumo, les está creando muchos problemas tanto a productores como a minoristas.



Las variedades con semillas se venden de media a 0,40 euros por kilo (o de forma más general a entre 0,30 y 0,60, dependiendo de la variedad), mientras que el precio de compra de las uvas sin semillas se sitúa en un euro por kilo. En ambos casos, la competencia procedente de España y Grecia es muy fuerte. Brasil no supone tanto problema, ya que el precio de las uvas es mucho más alto y generalmente se envían al mercado asiático.

La historia se repite porque Italia ya no es competitiva a causa de los elevados costes de mano de obra y energía. "Ya no somos líderes en la producción de uvas de mesa. El hecho de que nuestro producto sea de mayor calidad ya no es suficiente. Además, España y Grecia están mejorando y sus uvas de alta calidad ya se pueden encontrar en Francia, Alemania y el norte de Europa".

"Hasta hace poco, se decía que nuestro producto era apetecible. Sin embargo, ahora el sabor y el aspecto no bastan, ya que deben ir acompañados de un servicio preciso y puntual, un suministro constante, volúmenes estables, uniformidad, etc., sobre todo en la gran distribución organizada.

"Tendríamos que desmantelar nuestro sistema de producción y ser más cuidadosos con los costes y el mercado. En vez de eso, nuestros productores siguen plantando sin una estrategia y sin conocer los volúmenes de la campaña anterior o saber si hay plantas nuevas, ya que en Italia no existe un registro varietal. Pero, para ser competitivos, debemos planear, programar y especializarnos".

Otra peculiaridad italiana es que, a menudo, las grandes compañías que van al extranjero no cuentan con una plataforma en sus países de origen para procesar sus productos y ofrecer un mejor servicio a los clientes en tiempo real.

"Somos menos organizados, flexibles y oportunos que los españoles. Ha llegado el momento de reunirse y encontrar nuevas soluciones antes de que nos quedemos atrás".
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